cruz

cruz

lunes, 3 de marzo de 2025

Reflexiones sobre la Historia

 Cuando hace diez años comencé a divulgar el pasado en las redes me enrolé en aventura solitaria. El estudio del pasado era páramo desangelado para estas tierras del sur de Cuenca. Con el tiempo aprendes de la influencia de estos experimentos y de su interés por controlarlos, en la mayoría de las ocasiones, obviandolos. Y es que uno ya sabe de la importancia del evento como mejor forma de aniquilación. 


Es curioso, pero la soledad es el único camino del acompañamiento. El estudio de vastas zonas del obispado de Cuenca son estudios solitarios de un pueblo en compañía deseada del presentismo interesado de lo accidental, que es político. Digo solitario, pues ni se quiere ni se puede escapar del localismo carpetovetónico. Lo otro es un andar de aquí para allá en la geografía y en el tiempo, deambulando en desiertos y donde uno aprende que no son los oasis los que sacian la sed del conocimiento sino esos encuentros escasos y sobrevenidos con otros viajeros perdidos del presente y aquellos encuentros más frecuentes con las huellas del pasado y las almas errantes apenas aprehensibles en los legajos. Huellas escritas y catas y calas entre viejas piedras que aguantan. Unos buscan el esplendor con el remozado de lo antiguo, otros vagamos entre ruinas en un diálogo insondable con las almas de nuestros ancestros.



domingo, 28 de abril de 2024

San Lorenzo de la Parilla: su origen

 Isabel de Arnedo estaba casada con Fernando Álvarez de Toledo, hijo del comendador de Villaescusa, Gutiérrez de Fuensalida, que se tenían por fundadores de San Lorenzo de la Parrilla. Aunque los testigos desconocían esa ascendencia.


El origen de San Lorenzo de la Parrilla decía conocerlo Pedro Simón, que recordaba en 1573 como sesenta años antes:

"En la escuela de la yglesia desta dicha villa y ver en un libro de dominical della una memoria antigua escrita una memoria escrita la qual contiene las palabras siguientes: los que poblaron la Parrilla y hizieron la yglesia y las yglesias de Belvis la vieja y la nueva fueron de Arnedo y viniéronse de allá que mataron sus henemigos, eran dos hermanos. El hermano mayor abía nombre don Pascual Ibañes de Corcuera y su muger doña Eva y el otro hermano abía por nombre don Gimeno y su muger doña Martina. Don Pascual Ibañes y su muger yazen en el sepulcro detrás de la puerta mayor, en la pared, y don Jimeno su hermano y su muger están en el sepulcro donde yaze Francisco de Salazar. De esta generación vienen todos los que se llaman de Arnedo en esta tierra por su linaje de Corcueras. Sus armas dellas son panelas prietas en campo dorado. Desta línea se vienen de una parte los Zapatas y de la otra generación de los de Sancho Fernández"


Información genealógica de Alonso Granero de Ávalos y Alarcón

Archivo Histórico Nacional, INQUISICIÓN,1370,Exp.25

jueves, 25 de abril de 2024

ARRANCACEPAS EN 1894

 ARRANCACEPAS: a 15 kilómetros de Priego y a 31 de Cuenca; 381 habitantes. Saben leer 13; leer y escribir 72. Tiene en su término la ermita de San Roque; más de ochenta cuevas para guardar vino y cosecha y algún azafrán.


BNE, LÓPEZ SAIZ, Santiago: El consultor conquense. Guía ilustrada de la provincia de Cuenca. Imprenta provincial. Cuenca. 1894

viernes, 19 de enero de 2024

Los Aranguren, canteros vascos en tierras de Moya

 Lope, Ochoa y Juan de Aranguren eran tres hermanos residentes y avecindados en Tejadillos, en el marquesado de Moya, pero para los moradores del pueblo eran "forasteros y hombres trabajadores menestrales que andaban vagando trabajando" contratados como oficiales de cantería. La presencia de los Aranguren en el marquesado de Moya se remontaba a comienzos de siglo, cuando llegó el padre Juancho de Aranguren. De la familia se conocía también al abuelo, Ochoa Ruiz de Aranguren, y su mujer María Ochoa de Gatica. Juancho se ganaba la vida dando a fiado lienzos y telas que traía desde Vizcaya, alternando este oficio de tratante con su habilidad como cantero para edificar casas en los pueblos. Juancho vino atraído por el crecimiento demográfico de estas tierras; los testimonios ya atribuían a Tejadillos un centenar de vecinos a comienzos de siglo (113, según el censo de 1528). A Juancho le ayudaba su hijo mayor Domingo, aunque este acabaría quedándose en Vizcaya, mientras que otros dos hijos, Lope y Ochoa, sustituían a su hermano mayor en la compañía de su padre. Juancho moriría en Tejadillos, mientras que sus dos hijos fijaban su vecindad en el pueblo y se traían a otro hermano menor, llamado Juan, desde Vizcaya. A los Aranguren les costó romper con su tierra, el padre Juancho, casado dos veces, nunca se trajo con él a sus dos mujeres (una de ellas, Catalina de Imizueta), y al igual que sus dos hijos viajaba a Vizcaya largas temporadas. El origen del apellido familiar estaba en la casa solar de Aranguren de la que tomaban el apellido, desde el abuelo, en la anteiglesia de Zaldívar, en la merindad de Durango, si bien Juancho había tomado vecindad al casarse en Ermua, en la calle de Somera.

Aranguren no era un caso aislado, otros vascos habían llegado a Tejadillos a comienzos de siglo. Pedro de Garay, que hacia 1560 tenía ochenta años, se había ganado la vida como cardador en este lugar, tras su llegada desde Vizcaya. Al parecer, el mismo Juancho había ejercido también el oficio de pelaire, oficio que compartía un vecino suyo de Ermua, llamado Martín García de Irigoyen, que solía pasar por Tejadillos, camino del Reino de Valencia


ACHGR, HIDALGUÍAS, sign. ant. 301-35-1

lunes, 25 de diciembre de 2023

Despoblados en 1500: Arrancacepas y Castillo de Albaráñez

 La despoblación de varios pueblos en la segunda mitad del siglo XIV y principios del siglo XV ha sido estudiada, pero quizás mereciera un nuevo estudio la vuelta de nuevos pobladores a esos lugares deshabitados para darles nueva vida. Jurídicamente se consideraba la existencia de cinco vecinos, léase familia, para reconocimiento de la nueva entidad, como era hecho simbólico la lámpara de aceite encendida ininterrumpidamente frente al Santísimo Sacramento como testimonio de continuidad de la comunidad.

El año 1500, el Consejo Real se hace eco de los despoblados de Cuenca, de las nuevas aventuras roturadoras de labradores y de la necesidad de dotar de un marco jurídico protector a los nuevos pobladores frente a las apetencias señoriales. A este fin corresponde la provisión real dada el cinco de noviembre de 1500 en Valladolid. Había un deseo por ciertos sectores nobiliarios de controlar estos nuevos poblamientos, en especial Alonso Carrillo. La Corona mandaría pesquisidores a la tierra de Cuenca para conocer la situación sobre el terreno (los bachilleres Orduña y Fernando Gómez de Herrera), que propondrían una serie de medidas, adoptadas por la Corona: dar a los nuevos vecinos los ejidos y dehesas que antaño eran propios de los antiguos lugares y pobladores, impedir su arrendamiento por los poderosos de Cuenca que dominaban el gobierno de la ciudad, eximir a los nuevos pobladores de pechos, acogiéndose a las ordenanzas de la ciudad de Cuenca que prohibía poner impuesto alguno a estos renteros o labradores de lugares despoblados, salvo únicamente dar una fianza por avecindarse en esos lugares y la obligación de tener casa habitada y labrar las tierras.

Conocemos un caso que responde a este contexto. Se trata del poblamiento del lugar de Castillo de Albaráñez que estaba abandonado. Allí se instalará por esta fechas un vecino de Arrancacepas, Alonso Moreno, sexmero del sexmo de Torralba, que se había enfrentado con los Carrillo en su intentos pasados por integrar Arrancacepas en su señorío de Cañaveras y ahora iniciará nueva aventura repobladora en enfrentamiento directo con su pueblo de origen, Arrancacepas.


Orden para que se pueblen los lugares despoblados de Cuenca con los privilegios de dehesas y exenciones de impuestos, entre otros.

Signatura:

RGS,LEG,150011,82