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martes, 16 de agosto de 2022

SOBRE EL NOMBRE DE ARRANCACEPAS

 SOBRE EL NOMBRE DE ARRANCACEPAS


Quizás sea uno de los nombres más llamativos de los pueblos de España, y si no el más llamativo, sí el más sonoro. Parece recordar reminiscencias iberas y ese Arriaca o "río de piedras" de la ciudad de Guadalajara, pero el origen del pueblo es medieval y poco tiene que ver.

Con facilidad se acude al vino para explicar su etimología; incluso hubo intento de cambiar su nombre en la segunda mitad de la década de los sesenta por el de "Rincón del buen vino", por el sonrojo que producía el original, motivo de burla.

Ni siquiera el pueblo estuvo en el lugar actual, pues queda constancia de una primera ubicación, Los Villarejos, más próxima a la carretera de Guadalajara. Donde los viejos de mi época de niñez exhumaron restos humanos y objetos, sin preocupar mucho la datación.

Arrancar es palabra rompedora, tanto en su significado como en su pronunciación. Corominas quiere ver un origen provenzal, "esrancar", y otros acuden al latín, pero su significado lo dice todo: sacar de raíz, con violencia. A la fuerte sonoridad se une el exabrupto de su significado.

Y "arrancar cepas". En las cepas se quiere ver vides, por eso las leyendas populares quieren ver el origen del nombre en la filoxera del siglo XIX y los estragos que causó. Pero el nombre ya nos aparece en los documentos desde el siglo XIII y tendrá más antigüedad. El término "cepa" va ligado a la roturación de terrenos montuosos y baldíos. "Cepa" es la raíz y parte del tronco que queda bajo tierra y va asociado más a una vegetación de monte bajo que al cultivo de la vid. Ejemplos de rompimientos bruscos del monte tenemos en Arrancacepas, y en otros pueblos de la Alcarria, en torno a la primera mitad del siglo XVI, con la destrucción salvaje del monte para obtener la madera y leña necesaria para el fuego y la construcción de casas y aperos en un momento de fuerte crecimiento demográfico. No obstante, la roturación de terrenos tras la Reconquista tenía por fin crear un espacio agrario para una población nueva. La destrucción del monte bajo era creación de campos nuevos para la agricultura. Es un proceso que se extendía a lo largo de dos años, y recibía el nombre de "artigar" o romper un terreno después de quitar o quemar el monte bajo. Pero, en Arrancacepas se prefirió un término más rotundo, "arrancar", que mostraba la violencia y fuerza con la que nació un nuevo pueblo en una tierra virgen para la labranza