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sábado, 30 de enero de 2021

Cuenca, Medina del Campo y los genoveses: un caso de 1508

 Pleito entre Jacobo Caser, genovés asentado en Cuenca, y el mercader Gonzalo de Córdoba, vecino de Alcalá de Henares, y Bernardino del Arco su fiador, vecino de Guadalajara.

 


El contencioso venía por una obligación contraída por Gonzalo de Córdoba con Agustín, padre de Jacobo, y el propio hijo, por valor de 65600 maravedíes en razón de una compra de “cierta mercaduría”. La operación comercial se había cerrado en la feria de Medina de Campo y el pago tomaba la forma de letra de cambio a pagar tiempo después, y es de suponer que en Guadalajara o cualquiera de las ferias cercanas como la de Mondéjar, quizás. El caso es que Gonzalo de Córdoba no había hecho frente a la totalidad del pago y debía aún 24130 mrs.

Muestra de lo difícil que era hacer negocios en la Castilla del siglo XVI es la complejidad que adquirió el pleito: Jacobo Caser acudió hasta la justicia ordinaria de Guadalajara para recuperar su dinero; sus alcaldes ordinarios ordenaron la ejecución de bienes de Gonzalo de Córdoba por impago, pero este alegó que era vecino de Alcalá de Henares, que escapaba a la jurisdicción ordinaria de los alcaldes de Guadalajara y que cualquier ejecución que se hiciera sobre unas viñas que poseía en Guadalajara debía hacerse por la justicia de Alcalá. Así el que debía responder era el fiador Bernardino del Arco, que, a su vez, negándose a que se hiciera ejecución sobre unos paños, alegó que era hidalgo y como tal no se podía hacer ejecución alguna sobre su persona, pues “era hijodalgo de padre y abuelo y no podía ser preso”. Tal hidalguía de fuero de Castilla no le impedía ejercer como mercader de paños, adaptándose a los nuevos tiempos y deseos propios de enriquecimientos.

Mientras nuestro mercader Jacobo Caser, en sus idas y venidas entre su residencia de Cuenca y búsqueda de justicia en Guadalajara enfurecía ante el laberinto cretense de la justicia castellana. Sabiendo que el trato se había formalizado en Medina del Campo y que los deudores eran vecinos al norte del Tajo acudió a la Chancillería de Valladolid, por supuesto negando cualquier vecindad en Cuenca, pues era simple estante a la sazón por motivos comerciales y sabiendo que cualquier reconocimiento de vecindad en esta ciudad podía derivar el asunto a la Chancillería de Granada. En estos tiempos, los asuntos al norte del Tajo se entendían en Valladolid, al sur, en Granada.

Mientras nuestro genovés trataba de entender el galimatías de la justicia castellana, los dos mercaderes castellanos andaban sueltos o, en términos jurídicos, en rebeldía. Esta palabra se repite hasta la saciedad en los pleitos, simple expresión para calificar a cualquier bribón que, conocedor de las mismas, era capaz de escapar de la confusión de jurisdicciones castellanas. Por supuesto, la Chancillería de Valladolid sentenció a favor del genovés, pero, aunque el pleito no lo dice, la ejecución de bienes para el pago de deudas correspondería de nuevo a las justicias locales.

Son muchos los testimonios de genoveses asentados en Cuenca en el último cuarto del siglo XV y en el siglo XVI. Estas redes de compañías modernas de mercaderes que tenían como centro de intercambios las ferias de Medina del Campo se mantendrán, a pesar de todo, hasta el último cuarto del siglo XVI. Es entonces, cuando la ciudad de Cuenca en un célebre memorial  de 1582 (al menos para mí) se queje:

“e que de las ferias de Vizenzon, e Leon de Françia e Amberes solo cambien para las ferias de Medina del Campo, Villalón e Ruiseco e no para Alcalá y Madrid”(1)

La denuncia tenía su sentido, pues Madrid y Alcalá serán plazas donde asiduamente acudan los mercaderes conversos portugueses que enlazan nuevas rutas con los Países Bajos, haciendo de Lisboa nuevo centro de operaciones o de los puertos del Cantábrico, en especial, Bilbao, puerto de descarga de mercancías extranjeras, ajeno a las viejas ferias vallisoletanas.

Y así, mientras aficionadamente intentó localizar algún mercader genovés en la Mancha conquense, dejó al mundo académico que, con sus estudios, intente dejar a la ciudad de Cuenca en la Historia económica de España como se merece

 

(1)   AGS, CCA, DIV, 10, 69. Parecer de la ciudad de Cuenca sobre las ferias de Medina del Campo. 1582

Fuente: REGISTRO DE EJECUTORIAS,CAJA 225,6, 18 de julio de 1508, Ejecutoria del pleito litigado por Jacobo Caser, genovés, vecino de Cuenca, con Gonzalo de Córdoba, mercader, vecino de Alcalá de Henares (Madrid), sobre