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sábado, 31 de agosto de 2019

La hacienda de la viuda Teresa Cañizares, vecina de Cuenca. Año 1500

Teresa Cañizares era viuda de Alonso González Guadalajara, tesorero de rentas reales; gracias a un expediente conservado, en el que cumplía el papel de fiadora del arrendador de las rentas reales del obispado de Cartagena y Reino de Murcia, Diego Rodríguez de Almagro, podemos recomponer su patrimonio.

Contamos con la declaración de tres personas principales de la ciudad para conocer dicho patrimonio:

  • Raxel de Soto, vecino de Cuenca
  • Juan Veles, vecino de Cuenca
  • Alfonso del Castillo, vecino de Cuenca

Los bienes poseídos por Teresa Cañizares el año de 1500 son:
  • Unas casas dentro del Alcázar de Cuenca, lindan con otras casas de la misma Teresa Cañizares y del canónigo Gregorio, su valor es de 60.000 mrs.; propiedad de siete años a esta parte
  • Otras casas colindantes de 20.000 mrs. 
  • Juan Veles nos dice que le valor de ambas casas es de 120.000 mrs. en total (Alonso Castillo eleva el valor de las casas hasta 135.000 mrs.) y que son colindantes de Valera, mayordomo de la marquesa y de Albornoz
  • En la cañada que es de Juan Hurtado de Mendoza, unas tierras de pan llevar, su valor de 30.000 mrs, propiedad de su marido
  • Unas tierras de  pan llevar en los Oteros, y un molino, su valor de setenta mil mrs a ochenta mil mrs.
  • Ciertos maravedies de las tercias del marquesado que se adeudaban a su difunto marido
  • Los bienes que le correspondían de la parte de su padre, que ha empleado en la formación de uno de sus hijos que es bachiller; los otros tres están casados y una hija es beata
AGS, EMR, leg. 555 antiguo , Informaciones de abono y obligaciones de los arrendadores de rentas reales del Obispado de Cartagena, Reino de Murcia, Partido de Alcaraz y Marquesado de Villena.

lunes, 26 de agosto de 2019

Vuestra merced recibirá el corazón y no el don

Francisco de Orozco,
I marqués de Mortara
Difícil sería soportar para unos aldeanos, que vivían de la labranza, cuando allá por el 15 de diciembre de 1653 Felipe IV tuviera la ocurrencia de dar en señorío al marqués de Mortara y Olías, que acababa de reducir la sedición de los catalanes a sangre y fuego,  las llamadas siete villas de Cuenca (Arrancacepas, Albalate de las Nogueras, Villaconejos del Trabaque, Villar de Domingo García, Bolliga, Castillo de Albaránez y Fuentesbuenas). Lo que era justo premio para la realeza, y suma de ducados para pagar sus deudas, se vio como oprobio por estas míseras poblaciones alcarreñas, obligadas a tributar a su nuevo señor y dar presentes a comienzos de año, cada vez que presentaban sus oficios concejiles para que decidiera según su voluntad el señor. El marqués de Mortara se dotó a mediados del siglo XVII de un gobernador para la administración de la siete villas que hacía las veces de confidente, en tanto que recogía las listas presentadas por los pueblos para gobernar sus ayuntamientos: las listas costaba poco elaborarlas, aunque ya desde 1660 ya avisaba el gobernador que desconfiara de estas listas presentadas por los de Arrancacepas, que desconfiara de los Abad o Estirado y pusiera otros más fiables de la familia Sevilla. Tampoco se ofrecía mucho para convencer al marqués, más allá de unas pocas pérdices o algunos pollos, y si era exigente el azafrán que costaba más darlo.

Eran tan buenos vasallos estos de Arrancacepas como socarrones: se desprendían en parabienes y buenas palabras, pero hacían honor a ese carácter huraño y orgulloso del alcarreño, que mal tolera que los demás metan sus narices en la pequeña hacienda propia, conseguida con tanto sudor. Ya se sabe del alcarreño, no se envidia lo ajeno, sencillamente se sobrevalora lo propio, en la seguridad de la certeza del viejo dicho castellano de que "naide es más que naide".

Aplicando estos principios en 1659, dieron cuenta en su respuesta al marqués del carácter alcarreño con una lapidaria frase:

Vuestra merced recibirá el corazón y no el don.

Holgariamonos infinito halle a vuestra excelencia con muy entera salud como los de este ayuntamiento, deseamos se la dé Dios a vuestra merced las elecciones de justicia para este años de 59, y con ellos una mísera que son cuatro pares de perdices y uno de capones, quisiéramos que fueran millar. En fin, recibirá vuestra merced el corazón y no el don, que la pobreza de la villa y falta de frutos nos hace ser cortos por las desgracias que le han sucedido (13 de enero de 1659)



ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL. NOBLEZA. FERNÁN NÚÑEZ. Leg. 994-1, nº 309

Arrancacepas: la epidemia de tabardillo y garrotillo de 1661

Goya: garrotillo

Era agosto de 1661 y la pequeña población de Arrancacepas sufrió una epidemia que causó numerosas muertes, mermando su población a la mitad. Tabardillo o garrotillo la definieron los contemporáneos. El tabardillo era una forma de tifus, el exantemático, aunque el significado de la palabra, en la tradición popular, ha quedado como gran disgusto o desazón que sufre una persona. El garrotillo, que asoló España en 16163, llamado así por la cara de los que padecían la enfermedad, similar a los que padecían garrote, se correspondía para los coetáneos con "toda angina sofocante o esquinancia".

Arrancacepas se tenía por una de las principales villas de las siete que había recibido el marqués de Mortara y Olías el 15 de diciembre de 1653, con fama de sediciosa. Es probable que las cifras dadas estén abultadas para intentar convencer al marqués de lo infructuoso de pedir tributos a una villa deshauciada. Aunque a su señoría, el marqués de Mortara, ya le llegaban noticias de su gobernador que estas villas le daban pollos y perdices cuando la verdadera riqueza que atesoraban era el azafrán.

En cualquier caso, el desastre demográfico debió ser brutal esos años de 1661 y 1662. Arrancacepas que tenía 109 vecinos o casas familiares en 1591, aún mantenía su población según el poco fiable censo de 1646: para entonces la población era de 100 vecinos o casas familiares. Es decir, cuando el resto del Reino daba muestras de debilidad demográfica, el pequeño lugar de Arrancacepas se movía entre los 350 y los 400 habitantes. En 1752, Arrancacepas apenas si llegaba a 70 vecinos, es decir, no llegaría a los dos centenares y medio de habitantes y presentaba numerosas casas abandonadas.



Don Francisco de la Hoz.  Muchas y muy Santas Pascuas de los Reyes vea vuestra señoría con mucha salud y contento como los de este ayuntamiento deseamos se la dé Dios a vuestra señoría por muchos años, aunque nosotros han faltado del ayuntamiento algunos y los que han sido los de más años son muertos y han quedado muy pocos vecinos del mes de agosto a esta parte se ha muerto la mitad de la vecindad con una epidemia de garrotillo y tabardillo que hoy está corriente. Las elecciones de justicia remitimos a vuestra señoría para este año de 1662, vuestra señoría los despache a su voluntad . A vuestra señoría remitimos cuatro pares de perdices, quisiéramos fueran cuatro pares de docenas. Vuestra señoría recibirá la buena voluntad, cuya vida guarde Dios muchos y felices años con los aumentos que vuestra señoría merece. De esta villa de Arrancacepas, y enero 1 de 1662 años. q. s. m. s. b .n. (Domingo Madrid) (Juan López) (Mateo Saiz)
ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL. NOBLEZA. FERNÁN NÚÑEZ. Leg. 994-1, nº 304

Cruz de Arrancacepas del siglo XIII

Cruz de Arrancacepas, siglo XIII, en Iglesia parroquial de Sal Gil Abad

San Gil Abad, patrón de Arrancacepas

San Gil Abad, patrón de Arrancacepas

sábado, 20 de julio de 2019

El malestar en Bólliga en 1775

Desconocemos las razones exactas por las que se le negaba el ejercicio de escribano a Francisco Soria Villanueva en la villa de Bolliga, pero sabemos que tenía a todo el pueblo contra él. Un domingo cuatro de agosto 1775 con motivo de la convocatoria de un ayuntamiento, Francisco Soria mandó un allegado suyo a defender sus intereses; la respuesta de los cien hombres de Bólliga reunido fue unánime, al enfrentarse con él y tener la intención de matarlo. Tan solo la acción decidida de un mozo de Cuenca pareció evitar la desgracia. Pedro Martínez, enviado por la señora de la villa, La Marquesa de Mortara y Olías, para dar cuenta, nos da la imagen de un pueblo alborotado y con un gran malestar con los hidalgos del pueblo:
es dificultoso ir contra la voluntad de todo un lugar, fue dicha que el escribano, no pareciese hidalgo alguno porque según la gente se alborotó, los mataran a todos
Aunque adivinamos el conflicto por las palabras de Pedro Martínez que acusaba al escribano de falsedad por hacer entrar a los hidalgos en la elección de los oficios públicos.


AHN. NOBLEZA. FERNÁN NÚÑEZ. C. 994. DOC. 1

sábado, 13 de julio de 2019

Fortaleza de Cuenca (1477)




Por quanto en la çibdad de Cuenca antiguamente solía aver un alcaçar fortalesa la qual el rrey don Enrrique mi hermano que santa gloria aya por algunas cabsas e rrasones que a ello le mouieron ovo mandado derribar e por su mandado fue derribado del qual quedó çierta piedra e esta agora en la dicha çibdad alguna della e la otra han entrado e tomado algunas personas por su abtoridad lo qual pertenesçe a nos, por ende de como cosa propia por faser bien e merçed a vos el bachiller Juan de Pas de nuestro consejo e nuestro corregidor de la dicha çibdat acatando algunos buenos seruiçios que nos aveys fecho e esperamos que nos faréys por la presente vos fasemos merçed graçia e onaçión pura propia e no rrenouable de toda la piedra de la dicha fortalesa asy de lo que agora está derribado como de la que ay en los çimientos e paredes de la dicha fortalesa e de lo que qualesquier personas han tomado

Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147712,577