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sábado, 16 de enero de 2021

Gaspar y Alonso Salcedo, vecinos de Huete

 




El pleito de Gaspar y Alonso Salcedo con el concejo de Huete se remontaba a1534, pero la primera sentencia definitiva llegó el 26 de abril de 1540, declarando pecheros y negando la hidalguía a los dos hermanos. La sentencia sería confirmada el 28 de noviembre de 1542 y el 31 de julio de 1543


(ahchgr, hidalguías, 304-581-199)


Sus descendientes, Pedro y Diego de Salcedo, afincado en Cañaveruelas, aldea de la ciudad de Huete, conseguirían la hidalguía el 20 de febrero de 1581 y la ejecutoria cuatro años después, 4 de marzo de 1585.

(ACHGR. HIDALGUÍAS, 304, 71-7)

Pedro de Salcedo había sido regidor por los caballeros y escuderos de la ciudad de Huete y uno de sus veinte, había desempeñado el cargo de alcaide de la fortaleza, en nombre del guarda mayor de la ciudad, por don Diego de Mendoza. Conseguido el poder, buscó el reconocimiento social de sus convecinos con una carta de hidalguía. Hizo valer sus orígenes en el valle de Salcedo en las Montañas, en el lugar de Hondazarros . Hijo de Pedro de Salcedo y Catalina de Bolívar y nieto de Pedro Sánchez de Salcedo y Sancha de Arenaza. 

La salida de Pedro Salcedo de Hondazarros se debió producir de muchacho, obligado por la temprana muerte de su padre. Tal vez, el hecho de que acudiera a Huete tenga que ver con la presencia en esta ciudad desde comienzos de siglo de sus familiares Gaspar y Alonso de Salcedo, que había luchado con el concejo de la ciudad por su hidalguía, sin conseguirla, aunque creemos que Pedro les antecedió en Huete. El acceso a los oficios del concejo, junto a los hidalgos, no era prohibitivo para cualquier advenedizo que tuviera el dinero para comprar armas y caballo e integrarse junto a los caballeros y escuderos de la villa. La expresión exterior de esta hidalguía era participar en los ayuntamientos cerrados de hidalgos para elegir bien alcalde de la hermandad por este estado o bien procurador. Pedro de Slacedo el viejo conseguiría ejecutoria de hidalguía el trece de octubre 1518 o al menos se conservaba tiempo después traslado expedido por el escribano de Huete Rodrigo del Castillo.

Sus nietos, Pedro y su hermano Diego hicieron valer la hidalguía ganada por su abuelo ante el concejo del lugar de Cañaveruelas un  23 de agosto de 1581. Era alcalde del dicho lugar Juan de Torronteras y regidores perpetuos Gabriel Martínez y Pedro Martínez, como jurado Pedro de Torronteras; el concejo de Cañaveruelas se negó a reconocer por ejecutoria lo que era un traslado de una carta del escribano de Huete, Rodrigo del Castillo.

En defensa de los Salcedo, acudieron  hidalgos como Bernardino Méndez de Parada y Juan Sánchez de la Calzadilla, naturales e hidalgos de Huete. Poco recordaban de la genealogía de las Montañas y el lugar de Hondazarros. Parada conocía de niños a Pedro y a su hermano Diego, desde niños moradores en el lugar de Cañaveruelas, donde la familia. Diego y Pedro eran hijos de Diego de Salas y Salcedo y Catalina de la Torre. Diego de Salas era hijo de Pedro de Salcedo y María Manuel de Salas, el abuelo Pedro había sido alcaide de la ciudad de Huete. Un hermano de Diego de Salas, llamado Pedro, tenía fama de aventurero, pues había abandonado el hogar familiar para ir primero a Italia y luego afincarse en Francia.

 La tercera generación, Pedro y Diego, afincados en sus casas y haciendas de Huete y su lugar de Cañaveruelas, casarían con dos hermanas, Ana y Maaría Blancos, respectivamente. Del primer matrimonio nacieron Pedro y Diego; del segundo, Francisco.

(ACHGR. HIDALGUÍAS, 304, 71-8 y 16)

sábado, 26 de diciembre de 2020

¿Se repobló Olmedilla de Éliz desde Arrancacepas?

 Nuestra historia comienza con Juan de la Fuente, vecino de Canalejas, y tenido por hidalgo (un escudero al servicio de un caballero de Canalejas llamado Perafán), que habiendo puesto los ojos en una vecina de Olmedilla de Éliz, llamada Juana Hernández se la robo a su marido en él último cuarto del siglo XV. Es difícil saber lo que pasó, pues los testimonios que nos han quedado son favorables a Juan de la Fuente, pero este, tras hacer amistad con Juana, se debió llevar a la moza a Guadalajara, robándosela a su marido, procreando un hijo y consiguiendo casarse con ella tras anular en 1496 el matrimonio en Cuenca. Juan de la Fuente y Juana Hernández se instalarían en Canalejas con su hijo García de la Fuente.

Juana Hernández era hija de un vasco, establecido en Cañaveras y llamado Sancho Hernández Vizcaíno. Según su versión, había sido raptada por un vecino de Arrancacepas, llamado Pedro Martínez Torote, sacada de su casa en una acción violenta de Pedro y otros compinches armados y obligada a casarse con el susodicho Torote. Al menos esa era la versión que se dio de los hechos para anular el matrimonio.

Más allá de la anécdota, la historia nos deja ver una villa de Arrancacepas en plena expansión en la segunda mitad del siglo XV a costa de aldeas vecinas, despobladas desde comienzos de ese siglo. Quizás porque entonces estaba en la órbita de una villa señorial como Cañaveras y antes de defender a fines de siglo su condición de realengo, como parte integrante de la Tierra de Cuenca. Sabemos que una de las  familias de Arrancacepas, los Moreno, que actuaban como procuradores del sexmo de Torralba, habían iniciado una colonización de las tierras de Castillo de Albaráñez en la década de 1490, que, seguramente, el establecimiento de vecinos de Arrancacepas en Olmedilla de Éliz tuvo lugar unas décadas antes, de los que el tal Torote fue uno más de esos vecinos limítrofes que acudieron en busca de tierra a repoblar la Olmedilla. Si es así, quizás hemos de pensar que las familias se formaban con la misma violencia que se roturaba la tierra y que el rapto de Juana por Torote no es una idea descabellada.

De la repoblación de Olmedilla de Éliz, despoblada a comienzos del siglo XV, tenemos constancia desde mediados de esa centuria. En 1454, un vecino principal de Huete, Hernán Carrillo, vende unos molinos llamados Nuevos en la ribera del Júcar, en la Mancha, para centrarse en la explotación de unas propiedades en Olmedilla de Éliz.



ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. HIDALGUÍAS. Juan y García de la Fuente. Año 1502. Signatura antigua 302-255-2 

viernes, 25 de diciembre de 2020

Sobre el empedrado de las calles de Cuenca (1499)

 

Andrés de Ávila, en nonbre e como procurador de la comunidad desa dicha cibdad nos fiso relación por su petición ecétera disiendo que a pedimento de algunos regidores e personas partyculares desa dicha cibdad fue ganada una nuestra carta e prouisión por la qual dis que mandamos que se enpedrasen las calles desa dicha cibdad diciendo que hera lodosa e trabajosa de andar en ynvierno a cabsa de lo qual dis que heran las casas muy húmidas e dolientes e que la una parte de lo que costase a enpedrar se pagase de los propios desa dicha cibdad e sy aquello no bastase se echase en sysa  e las otras dos partes pagasen los dueños de las casas donde se fisiese lo enpedrado e que el licenciado Aluaro de Porras nuestro juez de rresydencia desa dicha cibdad antes que la dicha nuestra carta e prouisión fuese ganada por los susodichos dis que mandó enpedrar cierta parte de una calle que se llama la Pellijería e que como la nuestra carta e prouisión fue presentada dis que mandó se empedrase a los vesinos de la dicha calle e que por parte de la dicha comunidad fue suplicado de la dicha nuestra carta e prouisión disyendo que no fue ganada con rrelación verdadera porque la petyción dis que no se fiso de consentimiento de los vuestros estados antes dis que por la dicha comunydad fue contradicho e que enbargante contradición dis que parte de los dichos regidores con la justicia de la dicha cibdad  ordenaron la dicha petyción e hisieron mensaje para lo solicitar en nuestra corte por ende que se presentase e presentó ante nos en grado a la dicha suplicación e dixo que la dicha carta que asy mandamos dar para enpedrar esa dicha cibdad que la mandásemos rreuocar por muchas rrasones porque esa dicha cibdad está en syerra e toda ella poblada en cuestas e sy  se oviesen de enpedrar no podrían andar las bestias por las calles ni les traherían mantenimientos segund es fragosa e puesta e asentada sobre peña e que mandásemos cesar el dicho enpedrar pues que esa dicha cibdad no tenía necesidad ni tanpoco tenía dispusición para averse de enpedrar pues avía en ello tantos ynconvinientes e hera en perjuisio e agrauio desa dicha cibdad e vesinos della.

 

Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149901,6

 

lunes, 21 de diciembre de 2020

Memorial del lugar de (Do)Mingo García a SM para que se le concediese el término de Villalvilla, en tierra de Cuenca, que se había enajenado en favor de Alonso Pacheco (s. XVI)

 Memorial del lugar de (Do)Mingo García a SM para que se le concediese el término de Villalvilla, en tierra de Cuenca, que se había enajenado en favor de Alonso Pacheco (s. XVI)

(cruz)
C. R. Mt.
El lugar de Mingo García aldea de Cuenca, dize que ya a V. Mt. es notorio cómo ya el dicho lugar tiene suplicado se le haga mrd. de dársele el lugar y término de Villalvilla, que es en su término, que se enagenó por V. Mt. por vía de venta a don Alonso Pacheco, vezino de la ciudad de Cuenca, que el dicho lugar serviría a V. Mt. con la cantidad de mrs. que subió el dicho don Alonso por la dicha venta del dicho lugar y término para que se le vuelva a él y otro tanto a V. Mt. y más que dexará para V. Mt. las tercias y alcavalas del dicho lugar y término por aver avido en ello grande engaño contra V. Mt. y para que dello conste más en forma a V. Mt. suplica se le mande dar su rreal zédula para que Miguel de Pedrosa escriuano ante quien pasó la averiguazión y anojonamiento del dicho lugar y tierra que se hizo quando se enagenó el dicho don Alonso se lo dé todo en forma original para lo presentar ante V. Mt. para que conste del dicho engaño y no se dé previllegio al dicho don Alonso de la dicha venta que en ello rescibirá merced
Archivo General de Simancas, CCA,DIV,47,26

sábado, 25 de abril de 2020

Breve noticia de reformas en la Iglesia de Arrancacepas

Francisco Maeso Casero, mayordomo de fábrica de la iglesia parroquial de Arrancacepas, contra los interesados en los frutos decimales de la tercia de Arrancacepas, reclamándoles que contribuyan en los gastos de la obra y reparos que necesita la Iglesia. NOTA: incluye las trazas y condiciones de la obra hechos por Francisco Fernández, maestro de obras y teniente de maestro mayor de las obras del obispado de Cuenca. 80 folios

ARCHIVO DIOCESANO DE CUENCA, Leg. 1146-18

sábado, 31 de agosto de 2019

La hacienda de la viuda Teresa Cañizares, vecina de Cuenca. Año 1500

Teresa Cañizares era viuda de Alonso González Guadalajara, tesorero de rentas reales; gracias a un expediente conservado, en el que cumplía el papel de fiadora del arrendador de las rentas reales del obispado de Cartagena y Reino de Murcia, Diego Rodríguez de Almagro, podemos recomponer su patrimonio.

Contamos con la declaración de tres personas principales de la ciudad para conocer dicho patrimonio:

  • Raxel de Soto, vecino de Cuenca
  • Juan Veles, vecino de Cuenca
  • Alfonso del Castillo, vecino de Cuenca

Los bienes poseídos por Teresa Cañizares el año de 1500 son:
  • Unas casas dentro del Alcázar de Cuenca, lindan con otras casas de la misma Teresa Cañizares y del canónigo Gregorio, su valor es de 60.000 mrs.; propiedad de siete años a esta parte
  • Otras casas colindantes de 20.000 mrs. 
  • Juan Veles nos dice que le valor de ambas casas es de 120.000 mrs. en total (Alonso Castillo eleva el valor de las casas hasta 135.000 mrs.) y que son colindantes de Valera, mayordomo de la marquesa y de Albornoz
  • En la cañada que es de Juan Hurtado de Mendoza, unas tierras de pan llevar, su valor de 30.000 mrs, propiedad de su marido
  • Unas tierras de  pan llevar en los Oteros, y un molino, su valor de setenta mil mrs a ochenta mil mrs.
  • Ciertos maravedies de las tercias del marquesado que se adeudaban a su difunto marido
  • Los bienes que le correspondían de la parte de su padre, que ha empleado en la formación de uno de sus hijos que es bachiller; los otros tres están casados y una hija es beata
AGS, EMR, leg. 555 antiguo , Informaciones de abono y obligaciones de los arrendadores de rentas reales del Obispado de Cartagena, Reino de Murcia, Partido de Alcaraz y Marquesado de Villena.

lunes, 26 de agosto de 2019

Vuestra merced recibirá el corazón y no el don

Francisco de Orozco,
I marqués de Mortara
Difícil sería soportar para unos aldeanos, que vivían de la labranza, cuando allá por el 15 de diciembre de 1653 Felipe IV tuviera la ocurrencia de dar en señorío al marqués de Mortara y Olías, que acababa de reducir la sedición de los catalanes a sangre y fuego,  las llamadas siete villas de Cuenca (Arrancacepas, Albalate de las Nogueras, Villaconejos del Trabaque, Villar de Domingo García, Bolliga, Castillo de Albaránez y Fuentesbuenas). Lo que era justo premio para la realeza, y suma de ducados para pagar sus deudas, se vio como oprobio por estas míseras poblaciones alcarreñas, obligadas a tributar a su nuevo señor y dar presentes a comienzos de año, cada vez que presentaban sus oficios concejiles para que decidiera según su voluntad el señor. El marqués de Mortara se dotó a mediados del siglo XVII de un gobernador para la administración de la siete villas que hacía las veces de confidente, en tanto que recogía las listas presentadas por los pueblos para gobernar sus ayuntamientos: las listas costaba poco elaborarlas, aunque ya desde 1660 ya avisaba el gobernador que desconfiara de estas listas presentadas por los de Arrancacepas, que desconfiara de los Abad o Estirado y pusiera otros más fiables de la familia Sevilla. Tampoco se ofrecía mucho para convencer al marqués, más allá de unas pocas pérdices o algunos pollos, y si era exigente el azafrán que costaba más darlo.

Eran tan buenos vasallos estos de Arrancacepas como socarrones: se desprendían en parabienes y buenas palabras, pero hacían honor a ese carácter huraño y orgulloso del alcarreño, que mal tolera que los demás metan sus narices en la pequeña hacienda propia, conseguida con tanto sudor. Ya se sabe del alcarreño, no se envidia lo ajeno, sencillamente se sobrevalora lo propio, en la seguridad de la certeza del viejo dicho castellano de que "naide es más que naide".

Aplicando estos principios en 1659, dieron cuenta en su respuesta al marqués del carácter alcarreño con una lapidaria frase:

Vuestra merced recibirá el corazón y no el don.

Holgariamonos infinito halle a vuestra excelencia con muy entera salud como los de este ayuntamiento, deseamos se la dé Dios a vuestra merced las elecciones de justicia para este años de 59, y con ellos una mísera que son cuatro pares de perdices y uno de capones, quisiéramos que fueran millar. En fin, recibirá vuestra merced el corazón y no el don, que la pobreza de la villa y falta de frutos nos hace ser cortos por las desgracias que le han sucedido (13 de enero de 1659)



ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL. NOBLEZA. FERNÁN NÚÑEZ. Leg. 994-1, nº 309