LAS CASAS DEL CONCEJO DE CUENCA (1464)
Ignacio de la Rosa Ferrer: Historia de Arrancacepas
cruz
domingo, 14 de febrero de 2021
Casas concejo de Cuenca 1464
sábado, 13 de febrero de 2021
CAPILLA DE SAN ANDRÉS O DE LOS CABRERA EN CATEDRAL DE CUENCA
ASIENTO Y CONCORDIA ENTRE EL DEÁN Y CABILDO DE LA CATEDRAL
DE CUENCA CON EL MARQUÉS DE MOYA SOBRE LA CAPILLA QUE SE EDIFICA EN EL TRASCORO
NUEVO (24 ABRIL DE 1489)
Por quanto los rreverendos señores dean e cabido de la iglesia
de Cuenca con deliberaçión e acuerdo que entre sí ouieron e con actoridad e
liçençia del señor obispo señalaron un lugar e sitio en la dicha iglesia en el
trascoro que agora se hedifica detrás del altar mayor e a las espaldas dél en
el qual dicho sitio yo don Andrés de Cabrera marqués de Moya señor de los
lugares e tierras de los seysmos de Valdemoro e Casarruuios mandase hedificar e
hedificase una capilla so la advocaçión del bienaventurado apóstol señor Sant
Andrés a mi costa en la qual capilla y e la marquesa e nuestros deçedientes
puedan ser trasladados los huesos de mis padres que santa gloria ayan e de mis
hermanos e hermanas ya defuntos en la qual se puedan sepultar todos mis
hermanos que oy biven e sus deçedientes los que yo quisiere e segund que yo lo
ordenare e de otras qualesquier personas que yo quisiere… podamos mandar fazer
y fagamos los bultos e finestras con los escudos de nuestras armas
ACC, I, caja 45, nº 15
domingo, 31 de enero de 2021
INCENDIO DE LA CALLE PELLEJERÍA DE CUENCA EN 1500
Sobre el incendio de Cuenca de febrero de 1500
“Sepades que Hernando de Valera vesino desa dicha çibdad nos
hiso rrelaçión por su petición disyendo que por atajar un grand fuego que se
ençendió en esa dicha çibdad puede aver seys meses (los hechos se están
narrando el 13 de septiembre de 1500 en la calle que dicen la Pellijería que es
la principal calle desa dicha çibdad le fueron derribadas unas casas suyas de
que rresçibió grand daño” (1)
En realidad, las casas de Hernando de Valera no se habían
quemado, pero fueron derribadas por el concejo a posteriori,
“e dis que se quemaron unas casas de Diego del Espynar e dis
que por el rreçelo del fuego por mandado de la justiçia e rregidores desa dicha
çibdad le derribaron unas casas suyas que él tenía en la dicha calle cerca de
la casa donde se aprendió el dicho fuego en lo qual dis que perdió más de treynta
mill mrs. “ (2)
No era el único, pues a consecuencia de dicho incendio se
derribaron las casas de Álvaro de Becerril (padre del platero Francisco de
Becerril y afincado en Cuenca desde 1485), que nos situaba el momento del
incendio, nos informa de las muertes, Diego de Espinar y una moza, e insiste en la calle de la Pellejería como la
principal de Cuenca en aquellas fechas
“que en un día del mes de hebrero deste presente año (1500)
se inçendió un fuego muy grande en la dicha çibdad en la calle de la Pellegería
que es la más prinçipal calle della e se quemaron unas casas de Diego de Espinar
en la qual dis que se avían quemado él y una casa suya e una moça” (3)
También se derribaron las casas de Juan de Medina y García de
Valera, que juntamente, cifraban los daños en sesenta mil maravedíes (4). Es
curiosa esta tasación de las casas, pues en la Mancha conquense por la misma
época se valoraban las casas en cuarenta mil mrs., diez mil más.
(1)
Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150009, 179
(2)
Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150003,
295
(3)
Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150003,
294
(4)
Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150003,
296
LA PLAZA MAYOR DE CUENCA EN 1492
SOBRE LA ESTRECHEZ DE LA PLAZA MAYOR DE CUENCA EN 1492
“A causa de estar la dicha çibdat muy arriscada dis que la
plaça es muy pequeña e que a causa dello algunos vezinos de la dicha çibdat que
tenían solares junto con la dicha plaça no les consienten faser casas en ellos
nin se fizieren saluo unos tanbarillos baxos syn solado e que agora de poco acá
que el comendador Pero Xuares del Castillo dis que mercó los dichos solares e
que con fauores que para ello tovo en perjuyzio de la dicha çibdad e vesinos
della dis que hedificó en ellos quatro pares de casas con sus salidas e que
ansymismo conpró otra casa de la otra parte de la plaça la qual dis que se cayó
e que después sobre ello la çibdat tiene fecha con el dicho comendador e que a
causa de la dicha estrecheza de las calles que le an rrogado para alargallas que
venda la dicha casa e que tome lo que le costó e que el dicho comendador no lo
a querido nin lo quiere hazer poniendo a ello sus estresas e dilaçiones e qu sy
asy pasase la dicha çibdat rreçebiría mucho agrauio”
Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149204,167
FIESTAS Y TOROS EN CUENCA EN 1493
Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149305,103
Toros en Cuenca, 1497
La plaza de toros de Cuenca en el siglo XV, según los documentos de la época (1497)
Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149702,96
Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149601,81
sábado, 30 de enero de 2021
Cuenca, Medina del Campo y los genoveses: un caso de 1508
Pleito entre Jacobo Caser, genovés asentado en Cuenca, y el mercader Gonzalo de Córdoba, vecino de Alcalá de Henares, y Bernardino del Arco su fiador, vecino de Guadalajara.
El contencioso venía por una obligación contraída por Gonzalo de Córdoba con Agustín, padre de Jacobo, y el propio hijo, por valor de 65600 maravedíes en razón de una compra de “cierta mercaduría”. La operación comercial se había cerrado en la feria de Medina de Campo y el pago tomaba la forma de letra de cambio a pagar tiempo después, y es de suponer que en Guadalajara o cualquiera de las ferias cercanas como la de Mondéjar, quizás. El caso es que Gonzalo de Córdoba no había hecho frente a la totalidad del pago y debía aún 24130 mrs.
Muestra de lo difícil que era hacer negocios en la Castilla
del siglo XVI es la complejidad que adquirió el pleito: Jacobo Caser acudió hasta
la justicia ordinaria de Guadalajara para recuperar su dinero; sus alcaldes
ordinarios ordenaron la ejecución de bienes de Gonzalo de Córdoba por impago,
pero este alegó que era vecino de Alcalá de Henares, que escapaba a la
jurisdicción ordinaria de los alcaldes de Guadalajara y que cualquier ejecución
que se hiciera sobre unas viñas que poseía en Guadalajara debía hacerse por la justicia
de Alcalá. Así el que debía responder era el fiador Bernardino del Arco, que, a
su vez, negándose a que se hiciera ejecución sobre unos paños, alegó que era
hidalgo y como tal no se podía hacer ejecución alguna sobre su persona, pues “era
hijodalgo de padre y abuelo y no podía ser preso”. Tal hidalguía de fuero de
Castilla no le impedía ejercer como mercader de paños, adaptándose a los nuevos
tiempos y deseos propios de enriquecimientos.
Mientras nuestro mercader Jacobo Caser, en sus idas y venidas
entre su residencia de Cuenca y búsqueda de justicia en Guadalajara enfurecía
ante el laberinto cretense de la justicia castellana. Sabiendo que el trato se
había formalizado en Medina del Campo y que los deudores eran vecinos al norte del
Tajo acudió a la Chancillería de Valladolid, por supuesto negando cualquier vecindad
en Cuenca, pues era simple estante a la sazón por motivos comerciales y
sabiendo que cualquier reconocimiento de vecindad en esta ciudad podía derivar
el asunto a la Chancillería de Granada. En estos tiempos, los asuntos al norte
del Tajo se entendían en Valladolid, al sur, en Granada.
Mientras nuestro genovés trataba de entender el galimatías
de la justicia castellana, los dos mercaderes castellanos andaban sueltos o, en
términos jurídicos, en rebeldía. Esta palabra se repite hasta la saciedad en
los pleitos, simple expresión para calificar a cualquier bribón que, conocedor
de las mismas, era capaz de escapar de la confusión de jurisdicciones
castellanas. Por supuesto, la Chancillería de Valladolid sentenció a favor del
genovés, pero, aunque el pleito no lo dice, la ejecución de bienes para el pago
de deudas correspondería de nuevo a las justicias locales.
Son muchos los testimonios de genoveses asentados en Cuenca
en el último cuarto del siglo XV y en el siglo XVI. Estas redes de compañías modernas
de mercaderes que tenían como centro de intercambios las ferias de Medina del
Campo se mantendrán, a pesar de todo, hasta el último cuarto del siglo XVI. Es
entonces, cuando la ciudad de Cuenca en un célebre
memorial de 1582 (al menos para mí) se queje:
“e que de las ferias de Vizenzon, e Leon de Françia e
Amberes solo cambien para las ferias de Medina del Campo, Villalón e Ruiseco e
no para Alcalá y Madrid”(1)
La denuncia tenía su sentido, pues Madrid y Alcalá serán
plazas donde asiduamente acudan los mercaderes conversos portugueses que
enlazan nuevas rutas con los Países Bajos, haciendo de Lisboa nuevo centro de
operaciones o de los puertos del Cantábrico, en especial, Bilbao, puerto de
descarga de mercancías extranjeras, ajeno a las viejas ferias vallisoletanas.
Y así, mientras aficionadamente intentó localizar algún
mercader genovés en la Mancha conquense, dejó al mundo académico que, con sus
estudios, intente dejar a la ciudad de Cuenca en la Historia económica de
España como se merece
(1)
AGS, CCA, DIV, 10, 69. Parecer de la ciudad de Cuenca
sobre las ferias de Medina del Campo. 1582