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sábado, 13 de febrero de 2021

CAPILLA DE SAN ANDRÉS O DE LOS CABRERA EN CATEDRAL DE CUENCA

 


ASIENTO Y CONCORDIA ENTRE EL DEÁN Y CABILDO DE LA CATEDRAL DE CUENCA CON EL MARQUÉS DE MOYA SOBRE LA CAPILLA QUE SE EDIFICA EN EL TRASCORO NUEVO (24 ABRIL DE 1489)

 

Por quanto los rreverendos señores dean e cabido de la iglesia de Cuenca con deliberaçión e acuerdo que entre sí ouieron e con actoridad e liçençia del señor obispo señalaron un lugar e sitio en la dicha iglesia en el trascoro que agora se hedifica detrás del altar mayor e a las espaldas dél en el qual dicho sitio yo don Andrés de Cabrera marqués de Moya señor de los lugares e tierras de los seysmos de Valdemoro e Casarruuios mandase hedificar e hedificase una capilla so la advocaçión del bienaventurado apóstol señor Sant Andrés a mi costa en la qual capilla y e la marquesa e nuestros deçedientes puedan ser trasladados los huesos de mis padres que santa gloria ayan e de mis hermanos e hermanas ya defuntos en la qual se puedan sepultar todos mis hermanos que oy biven e sus deçedientes los que yo quisiere e segund que yo lo ordenare e de otras qualesquier personas que yo quisiere… podamos mandar fazer y fagamos los bultos e finestras con los escudos de nuestras armas

 ACC, I, caja 45, nº 15

domingo, 31 de enero de 2021

INCENDIO DE LA CALLE PELLEJERÍA DE CUENCA EN 1500

 


Sobre el incendio de Cuenca de febrero de 1500

 

“Sepades que Hernando de Valera vesino desa dicha çibdad nos hiso rrelaçión por su petición disyendo que por atajar un grand fuego que se ençendió en esa dicha çibdad puede aver seys meses (los hechos se están narrando el 13 de septiembre de 1500 en la calle que dicen la Pellijería que es la principal calle desa dicha çibdad le fueron derribadas unas casas suyas de que rresçibió grand daño” (1)

 

En realidad, las casas de Hernando de Valera no se habían quemado, pero fueron derribadas por el concejo a posteriori,

 

“e dis que se quemaron unas casas de Diego del Espynar e dis que por el rreçelo del fuego por mandado de la justiçia e rregidores desa dicha çibdad le derribaron unas casas suyas que él tenía en la dicha calle cerca de la casa donde se aprendió el dicho fuego en lo qual dis que perdió más de treynta mill mrs. “ (2)

No era el único, pues a consecuencia de dicho incendio se derribaron las casas de Álvaro de Becerril (padre del platero Francisco de Becerril y afincado en Cuenca desde 1485), que nos situaba el momento del incendio, nos informa de las muertes, Diego de Espinar y una moza,  e insiste en la calle de la Pellejería como la principal de Cuenca en aquellas fechas

“que en un día del mes de hebrero deste presente año (1500) se inçendió un fuego muy grande en la dicha çibdad en la calle de la Pellegería que es la más prinçipal calle della e se quemaron unas casas de Diego de Espinar en la qual dis que se avían quemado él y una casa suya e una moça” (3)

También se derribaron las casas de Juan de Medina y García de Valera, que juntamente, cifraban los daños en sesenta mil maravedíes (4). Es curiosa esta tasación de las casas, pues en la Mancha conquense por la misma época se valoraban las casas en cuarenta mil mrs., diez mil más.


(1)   Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150009, 179

(2)   Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150003, 295

(3)   Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150003, 294

(4)   Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150003, 296


LA PLAZA MAYOR DE CUENCA EN 1492

 





SOBRE LA ESTRECHEZ DE LA PLAZA MAYOR DE CUENCA EN 1492

 

“A causa de estar la dicha çibdat muy arriscada dis que la plaça es muy pequeña e que a causa dello algunos vezinos de la dicha çibdat que tenían solares junto con la dicha plaça no les consienten faser casas en ellos nin se fizieren saluo unos tanbarillos baxos syn solado e que agora de poco acá que el comendador Pero Xuares del Castillo dis que mercó los dichos solares e que con fauores que para ello tovo en perjuyzio de la dicha çibdad e vesinos della dis que hedificó en ellos quatro pares de casas con sus salidas e que ansymismo conpró otra casa de la otra parte de la plaça la qual dis que se cayó e que después sobre ello la çibdat tiene fecha con el dicho comendador e que a causa de la dicha estrecheza de las calles que le an rrogado para alargallas que venda la dicha casa e que tome lo que le costó e que el dicho comendador no lo a querido nin lo quiere hazer poniendo a ello sus estresas e dilaçiones e qu sy asy pasase la dicha çibdat rreçebiría mucho agrauio”


Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149204,167

 FIESTAS Y TOROS EN CUENCA EN 1493

"por las cuentas que fueron cobradas de los propios que en esa dicha çibdad se an fecho de çierto tienpo a esa parte algunos gastos asy en toros como en colaçiones que se avían malgastado mandásemos dar nuestra carta por la qual mándasemos que cada un año se corriesen ocho toros en çiertas fiestas del año los quales no se conprasen de los propios saluo que se dyesen las carneçerias a los carniçeros con tal condiçión que diese los dichos toros e que la carne e los cueros quedasen para ellos e que asymismo las dichas colaçiones que se dauan e gastauan en algunas fiestas del año no se fisiesen ni gastasen más de contía de tres mill mrs. para la comida e colaçiones que se dauan al tienpo que se echan las suertes y son los ofiçios de la dicha çibdad y se fasen los dichos rrepartimientos segund que más largamente en la dicha nuestra carta se contiene"
La ciudad de Cuenca se opone a la decisión del Consejo Real, alegando que las fiestas de toros no suponen gasto en los propios al arrendarse al mejor postor y " en lo que tocaua a lasa dichas fiestas en que se gastauan las dichas colaçiones eran fiestas que por voto de la dicha çibdad se fasyan y eran muy antiguamente prometidos por la dicha çibdad"


Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149305,103

Toros en Cuenca, 1497

 




La plaza de toros de Cuenca en el siglo XV, según los documentos de la época (1497)

"que esa dicha çibdad tiene un coso e plaça adonde se corren los toros e que por ancho del pasa el rrío de Huécar e que en los tienpos pasados Juan de la Bachillera fizo un molino en el dicho rrío del Huécar e que para él fizo una presa en mytad de la dicha plasa e coso de que la dicha çibdad diz que rresçibió mucho agrauio e que después puede aver un año que el dicho rrío cresçió se lleuó la dicha presa e queriendo la tornar a fazer el dicho Juan de la Bachillera diz que esa dicha çibdad se opuso a ello e no ge la consintieron hazer "
Juan de la Bachillera volvería a levantar la presa ante la oposición de la ciudad. Juan de la Bachillera había obtenido licencia para edificar molino del concejo de Cuenca en 1469, pero se le negó la construcción de un batán.

Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149702,96

También  

Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149601,81

sábado, 30 de enero de 2021

Cuenca, Medina del Campo y los genoveses: un caso de 1508

 Pleito entre Jacobo Caser, genovés asentado en Cuenca, y el mercader Gonzalo de Córdoba, vecino de Alcalá de Henares, y Bernardino del Arco su fiador, vecino de Guadalajara.

 


El contencioso venía por una obligación contraída por Gonzalo de Córdoba con Agustín, padre de Jacobo, y el propio hijo, por valor de 65600 maravedíes en razón de una compra de “cierta mercaduría”. La operación comercial se había cerrado en la feria de Medina de Campo y el pago tomaba la forma de letra de cambio a pagar tiempo después, y es de suponer que en Guadalajara o cualquiera de las ferias cercanas como la de Mondéjar, quizás. El caso es que Gonzalo de Córdoba no había hecho frente a la totalidad del pago y debía aún 24130 mrs.

Muestra de lo difícil que era hacer negocios en la Castilla del siglo XVI es la complejidad que adquirió el pleito: Jacobo Caser acudió hasta la justicia ordinaria de Guadalajara para recuperar su dinero; sus alcaldes ordinarios ordenaron la ejecución de bienes de Gonzalo de Córdoba por impago, pero este alegó que era vecino de Alcalá de Henares, que escapaba a la jurisdicción ordinaria de los alcaldes de Guadalajara y que cualquier ejecución que se hiciera sobre unas viñas que poseía en Guadalajara debía hacerse por la justicia de Alcalá. Así el que debía responder era el fiador Bernardino del Arco, que, a su vez, negándose a que se hiciera ejecución sobre unos paños, alegó que era hidalgo y como tal no se podía hacer ejecución alguna sobre su persona, pues “era hijodalgo de padre y abuelo y no podía ser preso”. Tal hidalguía de fuero de Castilla no le impedía ejercer como mercader de paños, adaptándose a los nuevos tiempos y deseos propios de enriquecimientos.

Mientras nuestro mercader Jacobo Caser, en sus idas y venidas entre su residencia de Cuenca y búsqueda de justicia en Guadalajara enfurecía ante el laberinto cretense de la justicia castellana. Sabiendo que el trato se había formalizado en Medina del Campo y que los deudores eran vecinos al norte del Tajo acudió a la Chancillería de Valladolid, por supuesto negando cualquier vecindad en Cuenca, pues era simple estante a la sazón por motivos comerciales y sabiendo que cualquier reconocimiento de vecindad en esta ciudad podía derivar el asunto a la Chancillería de Granada. En estos tiempos, los asuntos al norte del Tajo se entendían en Valladolid, al sur, en Granada.

Mientras nuestro genovés trataba de entender el galimatías de la justicia castellana, los dos mercaderes castellanos andaban sueltos o, en términos jurídicos, en rebeldía. Esta palabra se repite hasta la saciedad en los pleitos, simple expresión para calificar a cualquier bribón que, conocedor de las mismas, era capaz de escapar de la confusión de jurisdicciones castellanas. Por supuesto, la Chancillería de Valladolid sentenció a favor del genovés, pero, aunque el pleito no lo dice, la ejecución de bienes para el pago de deudas correspondería de nuevo a las justicias locales.

Son muchos los testimonios de genoveses asentados en Cuenca en el último cuarto del siglo XV y en el siglo XVI. Estas redes de compañías modernas de mercaderes que tenían como centro de intercambios las ferias de Medina del Campo se mantendrán, a pesar de todo, hasta el último cuarto del siglo XVI. Es entonces, cuando la ciudad de Cuenca en un célebre memorial  de 1582 (al menos para mí) se queje:

“e que de las ferias de Vizenzon, e Leon de Françia e Amberes solo cambien para las ferias de Medina del Campo, Villalón e Ruiseco e no para Alcalá y Madrid”(1)

La denuncia tenía su sentido, pues Madrid y Alcalá serán plazas donde asiduamente acudan los mercaderes conversos portugueses que enlazan nuevas rutas con los Países Bajos, haciendo de Lisboa nuevo centro de operaciones o de los puertos del Cantábrico, en especial, Bilbao, puerto de descarga de mercancías extranjeras, ajeno a las viejas ferias vallisoletanas.

Y así, mientras aficionadamente intentó localizar algún mercader genovés en la Mancha conquense, dejó al mundo académico que, con sus estudios, intente dejar a la ciudad de Cuenca en la Historia económica de España como se merece

 

(1)   AGS, CCA, DIV, 10, 69. Parecer de la ciudad de Cuenca sobre las ferias de Medina del Campo. 1582

Fuente: REGISTRO DE EJECUTORIAS,CAJA 225,6, 18 de julio de 1508, Ejecutoria del pleito litigado por Jacobo Caser, genovés, vecino de Cuenca, con Gonzalo de Córdoba, mercader, vecino de Alcalá de Henares (Madrid), sobre 

jueves, 28 de enero de 2021

Mercaderes y conversos en Cuenca en 1474

 Los hermanos Juan y Luis Madrid eran tratantes de lana conquenses, tenían sociedad formada con un mercader genovés Antonio Macalufo, afincado en Cuenca. En 1474 habían formado compañía para la compra y exportación de lana a Italia, con aportaciones de capitales a partes iguales a la sociedad; las ganancias también irían a partes iguales.

Antonio Macalufo había comprado a Mose Mayor, un judío de Ocaña, mil arrobas de lana por un precio de 220000 maravedíes. El caso es que el genovés, que seguramente había dejado de pagar una parte de la compra, comprometida con el dinero que le harían llegar sus deudores, fue incapaz de pagar los 96960 maravedíes que de la parte de ganancias y reventa de la lana había de recibir sus socios, los hermanos Madrid. En buena lógica, el genovés para no hacer frente a sus pagos se había ausentado de la ciudad, pero en estos casos de formación de compañías societarias, cada integrante respondía en caso de deudas o quiebra personalmente y caso de no poder hacerlo con unos fiadores que respondían por él.

Los fiadores de Macalufo nos internan en los entresijos del negocio de la lana en la ciudad de Cuenca, como tales actuaron una serie de apellidos, algunos de ellos del mundo converso al igual que los hermanos Madrid: Francisco de Reillo, mercader, Juan de Cuenca, mesonero, Alonso de Sanrromán, tintorero, Fernando de Villarreal, mercader, Alonso de Molina, tintorero. El pleito se prolongaba allá por 1488.