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domingo, 9 de mayo de 2021

Repensar las Comunidades de Castilla en Cuenca y su Tierra

 Cuenca como la primera ciudad que traicionó las Comunidades, Cuenca como la primera ciudad perdonada un 23 de marzo de 1521 por los gobernadores del Reino. Cuenca, presa de la lucha de bandos nobiliarios entre Hurtado de Mendoza y Carrillo Albornoz. Cuenca siempre quieta, menospreciadora de cualquier movimiento comunero insurgente, condenando a la mera leyenda los actos violentos.

Pero esos actos violentos de saqueo de casas y propiedades existieron, como las amenazas a la vida de regidores y miembros de la nobleza que huyeron de la ciudad en la segunda quincena de agosto. Todo se fía a las actas municipales del archivo de Cuenca para saber la verdad; relatos como el de M. Diago lo fían todo a la literalidad de sus palabras, obviando lo que convenía ocultar en esas actas o desechando las investigaciones de otros autores que en los años setenta quisieron ver el carácter social del movimiento por no ajustarse a esas actas pero sin decir en qué.
El caso es que se desprecia la documentación de Simancas y lo peor de todo el carácter general de un movimiento en el que confluían intereses encontrados de agricultores, ganaderos y pañeros. En el centro del enigma la figura de Luis Carrillo de Albornoz, capitán general de las Comunidades en Cuenca, aun después de ellas, y su confrontación con Rodrigo Manrique, defensor de la causa realista, junto a su hermano Diego Hurtado de Mendoza, presente en Bruselas junto al Emperador. Se resalta el hecho de los Manrique intentando asaltar Cuenca el día de San Lucas de 1520, obviando que un mes después otro exiliado, el regidor Jorge Ruiz de Alarcón, señor de Buenache, derrota a la comuneros de Moya.
Se dirá que mientras y antes las autoridades de Cuenca estaban apoyando e instigando los movimientos antiseñoriales en el sur de su tierra: valgan los ejemplos de Olmeda, Valera, Albaladejo del Cuende o Altarejos, al menos los conocidos. Mientras, el norte de la tierra de Cuenca, donde tienen sus principales intereses los señores de la ciudad, están en paz. Pero se obvia que esa paz es comprada por un repartimiento de tierras en la sierra de Cuenca, señorío de los Albornoz, desde agosto de 1520 ; como se obvia que desde ese verano también se concede, sin licencia regia, una de las principales pretensiones comunera: el mercado franco de los jueves. Fue una de las cosas que se recordó en el perdón de 23 de marzo de 1521, junto al recordatorio de asesinatos, derribo de casas o robos de haciendas o el gobierno ¿integrado? de once jurados comuneros, que casa mal con la quietud que se nos quiere presentar de la ciudad levítica.
Es necesario revisar la figura de Luis Carrillo de Albornoz, que desde comienzos de agosto de 1520 está presente en las actas municipales insistentemente frente a la ausencia del comendador Rodrigo Manrique, su habilidad para evitar un movimiento insurreccional en sus tierras de señorío con el reparto de tierras que apaciguó a labradores sin tierra (casualidades de la vida en Beteta y sus pueblos vecinos, tal Cañete, de los Hurtado de Mendoza) para enojar a los intereses ganaderos y quizás también su papel, en este incongruente juego, para prender la mecha comunera en los pueblos del sur de la tierra de Cuenca. Claro que eso no dependía tanto de él como de la situación prerrevolucionaria que se vivía en las tierras adyacentes del marquesado de Villena o de Moya... y del campo de los historiadores depende salir del reducto levítico para ensuciarse del barro de la tierra de provincia, pues las sociedades, son antes que nada de agricultores y pastores.
Evidentemente, para entender todo este entramado, hay que acudir a Simancas, allí, en el Consejo Real, encontraremos las disputas banderizas de los años posteriores a 1521, y la continuación de un conflicto vivo que persistió en lo que ya se llamaba no repartimiento sino usurpación de tierras. En estos documentos encontraremos no el lenguaje oficial de las actas, sino el del sentir de los olvidados. Claro que lo fácil es presentarlos como una pandilla de forofos al grito de "Carrillo Albornoz" por las calles de Cuenca, calentando el ambiente en los años previos.
Valga solo un testimonio que nos tendría que hacer pensar:
"Yten, la çibdad tiene sentençias et cartas executorias para que la syerra sea pasto común e sin embargo de aquello el dicho Diego Hurtado e Luys Carrillo su consuegro e otras personas tienen ocupadas las dichas sierras. E aún sobre esto, los vasallos de Diego Hurtado mataron un pastor. E a esta cabsa la tierra de Cuenca se despuebla e se pueblan los señoríos"





domingo, 28 de febrero de 2021

SOBRE EL SER DE LOS LABRADORES Y DE LOS CASTELLANOS

 SOBRE EL SER DE LOS LABRADORES Y DE LOS CASTELLANOS

Voy andando, en triste caminar, por los campos del interior de España, recuperando la memoria de labradores que hollando la tierra condenaron al olvido la suya propia. España es la cruz, la espada y la azada, pero es el deseo de abandonar la última para empuñar las otras dos. El castellano y el español, el mismo ser, únicamente ambiciona la tierra y en la querencia de la suya propia desprecia la ajena o, tal vez, considera que no hay tierra más que aquella propia. El cainismo castellano es el del labrador que valora lo propio, tierras e hijos, para mirar con recelo lo que escapa de su propiedad y de su mundo, que no es otro que la tierra pisada, labrada y moldeada por su trabajo. En la mentalidad del labrador no tiene cabida el hombre desprovisto de tierra y, aun deseando ver a su hijo como soldado o cura, nunca le permitirá renunciar a la tierra. Hay dos grandes modelos europeos: el del "paysan" francés de campos abiertos y mentes cerradas, y el del "yeoman" inglés de campos tan cercados como mente tan libre. El primero, apega al hombre a la tierra y lo revuelve en revoluciones tan violentas que esconden la permanencia en el tiempo del letargo campesino; el segundo, expulsa al hombre de la tierra y lo condena a la urbe, privándole de la solidaridad de la comunidad obligándole a rehacer cualquier identidad colectiva desde la individualidad egoísta. Y hay un tercer modelo, el castellano. En Castilla no hay cercas que separen los campos, pero las lindes están impresas en las mentes de sus labradores. En Castilla no hay "Jacques" ni "jacqueries", pues ni somos capaces de construir Estados con revoluciones ni de someternos a autoridad alguna. En Castilla solo hay insatisfacción del labrador que, preso entre cerros o tierras quebradas, sueña con abrir más allá del horizonte visual nuevos surcos y, si el arado no vale, los nuevos mundos se construyen a cristazos y golpes de espada. Castilla y los castellanos son presos de esa misión imposible y eterna, que llamamos el honor, o como se diría entre los campesinos, la honra, que el honor también se mide de cintura para abajo. Es ese honor, es esa honra, de donde nace la desconfianza hacia el prójimo y el sueño imposible de redimirlo tanto como a sí mismo.

domingo, 14 de febrero de 2021

Casas concejo de Cuenca 1464

 LAS CASAS DEL CONCEJO DE CUENCA (1464)

Protesta de Inés Manrique, mujer de Juan Hurtado de Mendoza (1464)
“el dicho señor Juan Furtado de Mendoça auía e tenía e posseya por suyas e como suyas unas casas que disen e nonbran las casas de conçejo que son juntas con casas en que su merçed al presente mora que son en el Alcaçar de la dicha çibdad a ojo de la plaça que dicen de la Picota, las quales dichas casas el dicho señor Juan Furtado auía e ouo conprado de Juan de Alcalá vesino e vos e voto de la dicha çibdad e agora Juan Viscayno vº de la dicha çibdad que presente estaua con copia de gente ha derribado e derriba las dichas casas no sabían por qué ni por qué causa ni por cuyo mandado lo quel ello se fasía en agrauio e perjuysio e lesión del dicho señor Juan Furtado”
Contestación de Juan Vizcaíno, cantero
“e sy con gente el fasía derribar çiertas paredes de las que dise casas aquellas eran como dicho tenía del dicho señor rrey e las él derribaua por mandado de su altesa e de su juez pesquisidor”
Mandamiento del juez pesquisidor
“Yo el bachiller Juan Velasques de Vallejo pesquisidor en la çibdad de Cuenca por el rrey nuestro señormando a vos Juan Canter viscayno vº de la dicha çibdad obrero de las obras del rrey que luego derribedes e acabedes de derribar la torre abaça (¿) e las paredes fuertes que están çerca della e son de las casas del conçejo de la dicha çibdad, asimismo la torre del portillo de conçejo viejo en manera que vaya la calle derecha por donde va la dicha torre”

Respuestas de Fernando Bazo, criado y procurador de Inés Manrique y Juan Hurtado de Mendoza, guarda mayor de Cuenca, y Juan Vizcaíno, vecino, en el pleito que mantenían por el derribo de unas casas en Alcázar, "a ojo de la plaza que dicen de la Picota". Cuenca, 1464, abril, 26, jueves Archive: ACC, I, caja 41, nº 4 Facs. monasterium.net: http://monasterium.net/mom/ES-ACC/documentos/ACC_247/ charter


sábado, 13 de febrero de 2021

CAPILLA DE SAN ANDRÉS O DE LOS CABRERA EN CATEDRAL DE CUENCA

 


ASIENTO Y CONCORDIA ENTRE EL DEÁN Y CABILDO DE LA CATEDRAL DE CUENCA CON EL MARQUÉS DE MOYA SOBRE LA CAPILLA QUE SE EDIFICA EN EL TRASCORO NUEVO (24 ABRIL DE 1489)

 

Por quanto los rreverendos señores dean e cabido de la iglesia de Cuenca con deliberaçión e acuerdo que entre sí ouieron e con actoridad e liçençia del señor obispo señalaron un lugar e sitio en la dicha iglesia en el trascoro que agora se hedifica detrás del altar mayor e a las espaldas dél en el qual dicho sitio yo don Andrés de Cabrera marqués de Moya señor de los lugares e tierras de los seysmos de Valdemoro e Casarruuios mandase hedificar e hedificase una capilla so la advocaçión del bienaventurado apóstol señor Sant Andrés a mi costa en la qual capilla y e la marquesa e nuestros deçedientes puedan ser trasladados los huesos de mis padres que santa gloria ayan e de mis hermanos e hermanas ya defuntos en la qual se puedan sepultar todos mis hermanos que oy biven e sus deçedientes los que yo quisiere e segund que yo lo ordenare e de otras qualesquier personas que yo quisiere… podamos mandar fazer y fagamos los bultos e finestras con los escudos de nuestras armas

 ACC, I, caja 45, nº 15

domingo, 31 de enero de 2021

INCENDIO DE LA CALLE PELLEJERÍA DE CUENCA EN 1500

 


Sobre el incendio de Cuenca de febrero de 1500

 

“Sepades que Hernando de Valera vesino desa dicha çibdad nos hiso rrelaçión por su petición disyendo que por atajar un grand fuego que se ençendió en esa dicha çibdad puede aver seys meses (los hechos se están narrando el 13 de septiembre de 1500 en la calle que dicen la Pellijería que es la principal calle desa dicha çibdad le fueron derribadas unas casas suyas de que rresçibió grand daño” (1)

 

En realidad, las casas de Hernando de Valera no se habían quemado, pero fueron derribadas por el concejo a posteriori,

 

“e dis que se quemaron unas casas de Diego del Espynar e dis que por el rreçelo del fuego por mandado de la justiçia e rregidores desa dicha çibdad le derribaron unas casas suyas que él tenía en la dicha calle cerca de la casa donde se aprendió el dicho fuego en lo qual dis que perdió más de treynta mill mrs. “ (2)

No era el único, pues a consecuencia de dicho incendio se derribaron las casas de Álvaro de Becerril (padre del platero Francisco de Becerril y afincado en Cuenca desde 1485), que nos situaba el momento del incendio, nos informa de las muertes, Diego de Espinar y una moza,  e insiste en la calle de la Pellejería como la principal de Cuenca en aquellas fechas

“que en un día del mes de hebrero deste presente año (1500) se inçendió un fuego muy grande en la dicha çibdad en la calle de la Pellegería que es la más prinçipal calle della e se quemaron unas casas de Diego de Espinar en la qual dis que se avían quemado él y una casa suya e una moça” (3)

También se derribaron las casas de Juan de Medina y García de Valera, que juntamente, cifraban los daños en sesenta mil maravedíes (4). Es curiosa esta tasación de las casas, pues en la Mancha conquense por la misma época se valoraban las casas en cuarenta mil mrs., diez mil más.


(1)   Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150009, 179

(2)   Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150003, 295

(3)   Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150003, 294

(4)   Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150003, 296


LA PLAZA MAYOR DE CUENCA EN 1492

 





SOBRE LA ESTRECHEZ DE LA PLAZA MAYOR DE CUENCA EN 1492

 

“A causa de estar la dicha çibdat muy arriscada dis que la plaça es muy pequeña e que a causa dello algunos vezinos de la dicha çibdat que tenían solares junto con la dicha plaça no les consienten faser casas en ellos nin se fizieren saluo unos tanbarillos baxos syn solado e que agora de poco acá que el comendador Pero Xuares del Castillo dis que mercó los dichos solares e que con fauores que para ello tovo en perjuyzio de la dicha çibdad e vesinos della dis que hedificó en ellos quatro pares de casas con sus salidas e que ansymismo conpró otra casa de la otra parte de la plaça la qual dis que se cayó e que después sobre ello la çibdat tiene fecha con el dicho comendador e que a causa de la dicha estrecheza de las calles que le an rrogado para alargallas que venda la dicha casa e que tome lo que le costó e que el dicho comendador no lo a querido nin lo quiere hazer poniendo a ello sus estresas e dilaçiones e qu sy asy pasase la dicha çibdat rreçebiría mucho agrauio”


Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149204,167

 FIESTAS Y TOROS EN CUENCA EN 1493

"por las cuentas que fueron cobradas de los propios que en esa dicha çibdad se an fecho de çierto tienpo a esa parte algunos gastos asy en toros como en colaçiones que se avían malgastado mandásemos dar nuestra carta por la qual mándasemos que cada un año se corriesen ocho toros en çiertas fiestas del año los quales no se conprasen de los propios saluo que se dyesen las carneçerias a los carniçeros con tal condiçión que diese los dichos toros e que la carne e los cueros quedasen para ellos e que asymismo las dichas colaçiones que se dauan e gastauan en algunas fiestas del año no se fisiesen ni gastasen más de contía de tres mill mrs. para la comida e colaçiones que se dauan al tienpo que se echan las suertes y son los ofiçios de la dicha çibdad y se fasen los dichos rrepartimientos segund que más largamente en la dicha nuestra carta se contiene"
La ciudad de Cuenca se opone a la decisión del Consejo Real, alegando que las fiestas de toros no suponen gasto en los propios al arrendarse al mejor postor y " en lo que tocaua a lasa dichas fiestas en que se gastauan las dichas colaçiones eran fiestas que por voto de la dicha çibdad se fasyan y eran muy antiguamente prometidos por la dicha çibdad"


Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149305,103

Toros en Cuenca, 1497

 




La plaza de toros de Cuenca en el siglo XV, según los documentos de la época (1497)

"que esa dicha çibdad tiene un coso e plaça adonde se corren los toros e que por ancho del pasa el rrío de Huécar e que en los tienpos pasados Juan de la Bachillera fizo un molino en el dicho rrío del Huécar e que para él fizo una presa en mytad de la dicha plasa e coso de que la dicha çibdad diz que rresçibió mucho agrauio e que después puede aver un año que el dicho rrío cresçió se lleuó la dicha presa e queriendo la tornar a fazer el dicho Juan de la Bachillera diz que esa dicha çibdad se opuso a ello e no ge la consintieron hazer "
Juan de la Bachillera volvería a levantar la presa ante la oposición de la ciudad. Juan de la Bachillera había obtenido licencia para edificar molino del concejo de Cuenca en 1469, pero se le negó la construcción de un batán.

Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149702,96

También  

Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149601,81

sábado, 30 de enero de 2021

Cuenca, Medina del Campo y los genoveses: un caso de 1508

 Pleito entre Jacobo Caser, genovés asentado en Cuenca, y el mercader Gonzalo de Córdoba, vecino de Alcalá de Henares, y Bernardino del Arco su fiador, vecino de Guadalajara.

 


El contencioso venía por una obligación contraída por Gonzalo de Córdoba con Agustín, padre de Jacobo, y el propio hijo, por valor de 65600 maravedíes en razón de una compra de “cierta mercaduría”. La operación comercial se había cerrado en la feria de Medina de Campo y el pago tomaba la forma de letra de cambio a pagar tiempo después, y es de suponer que en Guadalajara o cualquiera de las ferias cercanas como la de Mondéjar, quizás. El caso es que Gonzalo de Córdoba no había hecho frente a la totalidad del pago y debía aún 24130 mrs.

Muestra de lo difícil que era hacer negocios en la Castilla del siglo XVI es la complejidad que adquirió el pleito: Jacobo Caser acudió hasta la justicia ordinaria de Guadalajara para recuperar su dinero; sus alcaldes ordinarios ordenaron la ejecución de bienes de Gonzalo de Córdoba por impago, pero este alegó que era vecino de Alcalá de Henares, que escapaba a la jurisdicción ordinaria de los alcaldes de Guadalajara y que cualquier ejecución que se hiciera sobre unas viñas que poseía en Guadalajara debía hacerse por la justicia de Alcalá. Así el que debía responder era el fiador Bernardino del Arco, que, a su vez, negándose a que se hiciera ejecución sobre unos paños, alegó que era hidalgo y como tal no se podía hacer ejecución alguna sobre su persona, pues “era hijodalgo de padre y abuelo y no podía ser preso”. Tal hidalguía de fuero de Castilla no le impedía ejercer como mercader de paños, adaptándose a los nuevos tiempos y deseos propios de enriquecimientos.

Mientras nuestro mercader Jacobo Caser, en sus idas y venidas entre su residencia de Cuenca y búsqueda de justicia en Guadalajara enfurecía ante el laberinto cretense de la justicia castellana. Sabiendo que el trato se había formalizado en Medina del Campo y que los deudores eran vecinos al norte del Tajo acudió a la Chancillería de Valladolid, por supuesto negando cualquier vecindad en Cuenca, pues era simple estante a la sazón por motivos comerciales y sabiendo que cualquier reconocimiento de vecindad en esta ciudad podía derivar el asunto a la Chancillería de Granada. En estos tiempos, los asuntos al norte del Tajo se entendían en Valladolid, al sur, en Granada.

Mientras nuestro genovés trataba de entender el galimatías de la justicia castellana, los dos mercaderes castellanos andaban sueltos o, en términos jurídicos, en rebeldía. Esta palabra se repite hasta la saciedad en los pleitos, simple expresión para calificar a cualquier bribón que, conocedor de las mismas, era capaz de escapar de la confusión de jurisdicciones castellanas. Por supuesto, la Chancillería de Valladolid sentenció a favor del genovés, pero, aunque el pleito no lo dice, la ejecución de bienes para el pago de deudas correspondería de nuevo a las justicias locales.

Son muchos los testimonios de genoveses asentados en Cuenca en el último cuarto del siglo XV y en el siglo XVI. Estas redes de compañías modernas de mercaderes que tenían como centro de intercambios las ferias de Medina del Campo se mantendrán, a pesar de todo, hasta el último cuarto del siglo XVI. Es entonces, cuando la ciudad de Cuenca en un célebre memorial  de 1582 (al menos para mí) se queje:

“e que de las ferias de Vizenzon, e Leon de Françia e Amberes solo cambien para las ferias de Medina del Campo, Villalón e Ruiseco e no para Alcalá y Madrid”(1)

La denuncia tenía su sentido, pues Madrid y Alcalá serán plazas donde asiduamente acudan los mercaderes conversos portugueses que enlazan nuevas rutas con los Países Bajos, haciendo de Lisboa nuevo centro de operaciones o de los puertos del Cantábrico, en especial, Bilbao, puerto de descarga de mercancías extranjeras, ajeno a las viejas ferias vallisoletanas.

Y así, mientras aficionadamente intentó localizar algún mercader genovés en la Mancha conquense, dejó al mundo académico que, con sus estudios, intente dejar a la ciudad de Cuenca en la Historia económica de España como se merece

 

(1)   AGS, CCA, DIV, 10, 69. Parecer de la ciudad de Cuenca sobre las ferias de Medina del Campo. 1582

Fuente: REGISTRO DE EJECUTORIAS,CAJA 225,6, 18 de julio de 1508, Ejecutoria del pleito litigado por Jacobo Caser, genovés, vecino de Cuenca, con Gonzalo de Córdoba, mercader, vecino de Alcalá de Henares (Madrid), sobre 

jueves, 28 de enero de 2021

Mercaderes y conversos en Cuenca en 1474

 Los hermanos Juan y Luis Madrid eran tratantes de lana conquenses, tenían sociedad formada con un mercader genovés Antonio Macalufo, afincado en Cuenca. En 1474 habían formado compañía para la compra y exportación de lana a Italia, con aportaciones de capitales a partes iguales a la sociedad; las ganancias también irían a partes iguales.

Antonio Macalufo había comprado a Mose Mayor, un judío de Ocaña, mil arrobas de lana por un precio de 220000 maravedíes. El caso es que el genovés, que seguramente había dejado de pagar una parte de la compra, comprometida con el dinero que le harían llegar sus deudores, fue incapaz de pagar los 96960 maravedíes que de la parte de ganancias y reventa de la lana había de recibir sus socios, los hermanos Madrid. En buena lógica, el genovés para no hacer frente a sus pagos se había ausentado de la ciudad, pero en estos casos de formación de compañías societarias, cada integrante respondía en caso de deudas o quiebra personalmente y caso de no poder hacerlo con unos fiadores que respondían por él.

Los fiadores de Macalufo nos internan en los entresijos del negocio de la lana en la ciudad de Cuenca, como tales actuaron una serie de apellidos, algunos de ellos del mundo converso al igual que los hermanos Madrid: Francisco de Reillo, mercader, Juan de Cuenca, mesonero, Alonso de Sanrromán, tintorero, Fernando de Villarreal, mercader, Alonso de Molina, tintorero. El pleito se prolongaba allá por 1488.


domingo, 17 de enero de 2021

Diego y Alonso del Castillo, Huete, 1572

 Según el concejo de Huete, en 1572:


los hermanos Diego y Alonso del Castillo son pecheros, pues son hijos de Vasco del Castillo, que a su vez era hijo de Alonso del Castillo. Este Alonso era hermano legítimo de Diego y Hernando del Castillo, los cuales litigaron su hidalguía en Granada y la perdieron frente al concejo de Huete.


achgr. hidalguías. 504-580-8

sábado, 16 de enero de 2021

Gaspar y Alonso Salcedo, vecinos de Huete

 




El pleito de Gaspar y Alonso Salcedo con el concejo de Huete se remontaba a1534, pero la primera sentencia definitiva llegó el 26 de abril de 1540, declarando pecheros y negando la hidalguía a los dos hermanos. La sentencia sería confirmada el 28 de noviembre de 1542 y el 31 de julio de 1543


(ahchgr, hidalguías, 304-581-199)


Sus descendientes, Pedro y Diego de Salcedo, afincado en Cañaveruelas, aldea de la ciudad de Huete, conseguirían la hidalguía el 20 de febrero de 1581 y la ejecutoria cuatro años después, 4 de marzo de 1585.

(ACHGR. HIDALGUÍAS, 304, 71-7)

Pedro de Salcedo había sido regidor por los caballeros y escuderos de la ciudad de Huete y uno de sus veinte, había desempeñado el cargo de alcaide de la fortaleza, en nombre del guarda mayor de la ciudad, por don Diego de Mendoza. Conseguido el poder, buscó el reconocimiento social de sus convecinos con una carta de hidalguía. Hizo valer sus orígenes en el valle de Salcedo en las Montañas, en el lugar de Hondazarros . Hijo de Pedro de Salcedo y Catalina de Bolívar y nieto de Pedro Sánchez de Salcedo y Sancha de Arenaza. 

La salida de Pedro Salcedo de Hondazarros se debió producir de muchacho, obligado por la temprana muerte de su padre. Tal vez, el hecho de que acudiera a Huete tenga que ver con la presencia en esta ciudad desde comienzos de siglo de sus familiares Gaspar y Alonso de Salcedo, que había luchado con el concejo de la ciudad por su hidalguía, sin conseguirla, aunque creemos que Pedro les antecedió en Huete. El acceso a los oficios del concejo, junto a los hidalgos, no era prohibitivo para cualquier advenedizo que tuviera el dinero para comprar armas y caballo e integrarse junto a los caballeros y escuderos de la villa. La expresión exterior de esta hidalguía era participar en los ayuntamientos cerrados de hidalgos para elegir bien alcalde de la hermandad por este estado o bien procurador. Pedro de Slacedo el viejo conseguiría ejecutoria de hidalguía el trece de octubre 1518 o al menos se conservaba tiempo después traslado expedido por el escribano de Huete Rodrigo del Castillo.

Sus nietos, Pedro y su hermano Diego hicieron valer la hidalguía ganada por su abuelo ante el concejo del lugar de Cañaveruelas un  23 de agosto de 1581. Era alcalde del dicho lugar Juan de Torronteras y regidores perpetuos Gabriel Martínez y Pedro Martínez, como jurado Pedro de Torronteras; el concejo de Cañaveruelas se negó a reconocer por ejecutoria lo que era un traslado de una carta del escribano de Huete, Rodrigo del Castillo.

En defensa de los Salcedo, acudieron  hidalgos como Bernardino Méndez de Parada y Juan Sánchez de la Calzadilla, naturales e hidalgos de Huete. Poco recordaban de la genealogía de las Montañas y el lugar de Hondazarros. Parada conocía de niños a Pedro y a su hermano Diego, desde niños moradores en el lugar de Cañaveruelas, donde la familia. Diego y Pedro eran hijos de Diego de Salas y Salcedo y Catalina de la Torre. Diego de Salas era hijo de Pedro de Salcedo y María Manuel de Salas, el abuelo Pedro había sido alcaide de la ciudad de Huete. Un hermano de Diego de Salas, llamado Pedro, tenía fama de aventurero, pues había abandonado el hogar familiar para ir primero a Italia y luego afincarse en Francia.

 La tercera generación, Pedro y Diego, afincados en sus casas y haciendas de Huete y su lugar de Cañaveruelas, casarían con dos hermanas, Ana y Maaría Blancos, respectivamente. Del primer matrimonio nacieron Pedro y Diego; del segundo, Francisco.

(ACHGR. HIDALGUÍAS, 304, 71-8 y 16)

sábado, 26 de diciembre de 2020

¿Se repobló Olmedilla de Éliz desde Arrancacepas?

 Nuestra historia comienza con Juan de la Fuente, vecino de Canalejas, y tenido por hidalgo (un escudero al servicio de un caballero de Canalejas llamado Perafán), que habiendo puesto los ojos en una vecina de Olmedilla de Éliz, llamada Juana Hernández se la robo a su marido en él último cuarto del siglo XV. Es difícil saber lo que pasó, pues los testimonios que nos han quedado son favorables a Juan de la Fuente, pero este, tras hacer amistad con Juana, se debió llevar a la moza a Guadalajara, robándosela a su marido, procreando un hijo y consiguiendo casarse con ella tras anular en 1496 el matrimonio en Cuenca. Juan de la Fuente y Juana Hernández se instalarían en Canalejas con su hijo García de la Fuente.

Juana Hernández era hija de un vasco, establecido en Cañaveras y llamado Sancho Hernández Vizcaíno. Según su versión, había sido raptada por un vecino de Arrancacepas, llamado Pedro Martínez Torote, sacada de su casa en una acción violenta de Pedro y otros compinches armados y obligada a casarse con el susodicho Torote. Al menos esa era la versión que se dio de los hechos para anular el matrimonio.

Más allá de la anécdota, la historia nos deja ver una villa de Arrancacepas en plena expansión en la segunda mitad del siglo XV a costa de aldeas vecinas, despobladas desde comienzos de ese siglo. Quizás porque entonces estaba en la órbita de una villa señorial como Cañaveras y antes de defender a fines de siglo su condición de realengo, como parte integrante de la Tierra de Cuenca. Sabemos que una de las  familias de Arrancacepas, los Moreno, que actuaban como procuradores del sexmo de Torralba, habían iniciado una colonización de las tierras de Castillo de Albaráñez en la década de 1490, que, seguramente, el establecimiento de vecinos de Arrancacepas en Olmedilla de Éliz tuvo lugar unas décadas antes, de los que el tal Torote fue uno más de esos vecinos limítrofes que acudieron en busca de tierra a repoblar la Olmedilla. Si es así, quizás hemos de pensar que las familias se formaban con la misma violencia que se roturaba la tierra y que el rapto de Juana por Torote no es una idea descabellada.

De la repoblación de Olmedilla de Éliz, despoblada a comienzos del siglo XV, tenemos constancia desde mediados de esa centuria. En 1454, un vecino principal de Huete, Hernán Carrillo, vende unos molinos llamados Nuevos en la ribera del Júcar, en la Mancha, para centrarse en la explotación de unas propiedades en Olmedilla de Éliz.



ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. HIDALGUÍAS. Juan y García de la Fuente. Año 1502. Signatura antigua 302-255-2 

viernes, 25 de diciembre de 2020

Sobre el empedrado de las calles de Cuenca (1499)

 

Andrés de Ávila, en nonbre e como procurador de la comunidad desa dicha cibdad nos fiso relación por su petición ecétera disiendo que a pedimento de algunos regidores e personas partyculares desa dicha cibdad fue ganada una nuestra carta e prouisión por la qual dis que mandamos que se enpedrasen las calles desa dicha cibdad diciendo que hera lodosa e trabajosa de andar en ynvierno a cabsa de lo qual dis que heran las casas muy húmidas e dolientes e que la una parte de lo que costase a enpedrar se pagase de los propios desa dicha cibdad e sy aquello no bastase se echase en sysa  e las otras dos partes pagasen los dueños de las casas donde se fisiese lo enpedrado e que el licenciado Aluaro de Porras nuestro juez de rresydencia desa dicha cibdad antes que la dicha nuestra carta e prouisión fuese ganada por los susodichos dis que mandó enpedrar cierta parte de una calle que se llama la Pellijería e que como la nuestra carta e prouisión fue presentada dis que mandó se empedrase a los vesinos de la dicha calle e que por parte de la dicha comunidad fue suplicado de la dicha nuestra carta e prouisión disyendo que no fue ganada con rrelación verdadera porque la petyción dis que no se fiso de consentimiento de los vuestros estados antes dis que por la dicha comunydad fue contradicho e que enbargante contradición dis que parte de los dichos regidores con la justicia de la dicha cibdad  ordenaron la dicha petyción e hisieron mensaje para lo solicitar en nuestra corte por ende que se presentase e presentó ante nos en grado a la dicha suplicación e dixo que la dicha carta que asy mandamos dar para enpedrar esa dicha cibdad que la mandásemos rreuocar por muchas rrasones porque esa dicha cibdad está en syerra e toda ella poblada en cuestas e sy  se oviesen de enpedrar no podrían andar las bestias por las calles ni les traherían mantenimientos segund es fragosa e puesta e asentada sobre peña e que mandásemos cesar el dicho enpedrar pues que esa dicha cibdad no tenía necesidad ni tanpoco tenía dispusición para averse de enpedrar pues avía en ello tantos ynconvinientes e hera en perjuisio e agrauio desa dicha cibdad e vesinos della.

 

Archivo General de Simancas, RGS,LEG,149901,6

 

lunes, 21 de diciembre de 2020

Memorial del lugar de (Do)Mingo García a SM para que se le concediese el término de Villalvilla, en tierra de Cuenca, que se había enajenado en favor de Alonso Pacheco (s. XVI)

 Memorial del lugar de (Do)Mingo García a SM para que se le concediese el término de Villalvilla, en tierra de Cuenca, que se había enajenado en favor de Alonso Pacheco (s. XVI)

(cruz)
C. R. Mt.
El lugar de Mingo García aldea de Cuenca, dize que ya a V. Mt. es notorio cómo ya el dicho lugar tiene suplicado se le haga mrd. de dársele el lugar y término de Villalvilla, que es en su término, que se enagenó por V. Mt. por vía de venta a don Alonso Pacheco, vezino de la ciudad de Cuenca, que el dicho lugar serviría a V. Mt. con la cantidad de mrs. que subió el dicho don Alonso por la dicha venta del dicho lugar y término para que se le vuelva a él y otro tanto a V. Mt. y más que dexará para V. Mt. las tercias y alcavalas del dicho lugar y término por aver avido en ello grande engaño contra V. Mt. y para que dello conste más en forma a V. Mt. suplica se le mande dar su rreal zédula para que Miguel de Pedrosa escriuano ante quien pasó la averiguazión y anojonamiento del dicho lugar y tierra que se hizo quando se enagenó el dicho don Alonso se lo dé todo en forma original para lo presentar ante V. Mt. para que conste del dicho engaño y no se dé previllegio al dicho don Alonso de la dicha venta que en ello rescibirá merced
Archivo General de Simancas, CCA,DIV,47,26

sábado, 25 de abril de 2020

Breve noticia de reformas en la Iglesia de Arrancacepas

Francisco Maeso Casero, mayordomo de fábrica de la iglesia parroquial de Arrancacepas, contra los interesados en los frutos decimales de la tercia de Arrancacepas, reclamándoles que contribuyan en los gastos de la obra y reparos que necesita la Iglesia. NOTA: incluye las trazas y condiciones de la obra hechos por Francisco Fernández, maestro de obras y teniente de maestro mayor de las obras del obispado de Cuenca. 80 folios

ARCHIVO DIOCESANO DE CUENCA, Leg. 1146-18

sábado, 31 de agosto de 2019

La hacienda de la viuda Teresa Cañizares, vecina de Cuenca. Año 1500

Teresa Cañizares era viuda de Alonso González Guadalajara, tesorero de rentas reales; gracias a un expediente conservado, en el que cumplía el papel de fiadora del arrendador de las rentas reales del obispado de Cartagena y Reino de Murcia, Diego Rodríguez de Almagro, podemos recomponer su patrimonio.

Contamos con la declaración de tres personas principales de la ciudad para conocer dicho patrimonio:

  • Raxel de Soto, vecino de Cuenca
  • Juan Veles, vecino de Cuenca
  • Alfonso del Castillo, vecino de Cuenca

Los bienes poseídos por Teresa Cañizares el año de 1500 son:
  • Unas casas dentro del Alcázar de Cuenca, lindan con otras casas de la misma Teresa Cañizares y del canónigo Gregorio, su valor es de 60.000 mrs.; propiedad de siete años a esta parte
  • Otras casas colindantes de 20.000 mrs. 
  • Juan Veles nos dice que le valor de ambas casas es de 120.000 mrs. en total (Alonso Castillo eleva el valor de las casas hasta 135.000 mrs.) y que son colindantes de Valera, mayordomo de la marquesa y de Albornoz
  • En la cañada que es de Juan Hurtado de Mendoza, unas tierras de pan llevar, su valor de 30.000 mrs, propiedad de su marido
  • Unas tierras de  pan llevar en los Oteros, y un molino, su valor de setenta mil mrs a ochenta mil mrs.
  • Ciertos maravedies de las tercias del marquesado que se adeudaban a su difunto marido
  • Los bienes que le correspondían de la parte de su padre, que ha empleado en la formación de uno de sus hijos que es bachiller; los otros tres están casados y una hija es beata
AGS, EMR, leg. 555 antiguo , Informaciones de abono y obligaciones de los arrendadores de rentas reales del Obispado de Cartagena, Reino de Murcia, Partido de Alcaraz y Marquesado de Villena.

lunes, 26 de agosto de 2019

Vuestra merced recibirá el corazón y no el don

Francisco de Orozco,
I marqués de Mortara
Difícil sería soportar para unos aldeanos, que vivían de la labranza, cuando allá por el 15 de diciembre de 1653 Felipe IV tuviera la ocurrencia de dar en señorío al marqués de Mortara y Olías, que acababa de reducir la sedición de los catalanes a sangre y fuego,  las llamadas siete villas de Cuenca (Arrancacepas, Albalate de las Nogueras, Villaconejos del Trabaque, Villar de Domingo García, Bolliga, Castillo de Albaránez y Fuentesbuenas). Lo que era justo premio para la realeza, y suma de ducados para pagar sus deudas, se vio como oprobio por estas míseras poblaciones alcarreñas, obligadas a tributar a su nuevo señor y dar presentes a comienzos de año, cada vez que presentaban sus oficios concejiles para que decidiera según su voluntad el señor. El marqués de Mortara se dotó a mediados del siglo XVII de un gobernador para la administración de la siete villas que hacía las veces de confidente, en tanto que recogía las listas presentadas por los pueblos para gobernar sus ayuntamientos: las listas costaba poco elaborarlas, aunque ya desde 1660 ya avisaba el gobernador que desconfiara de estas listas presentadas por los de Arrancacepas, que desconfiara de los Abad o Estirado y pusiera otros más fiables de la familia Sevilla. Tampoco se ofrecía mucho para convencer al marqués, más allá de unas pocas pérdices o algunos pollos, y si era exigente el azafrán que costaba más darlo.

Eran tan buenos vasallos estos de Arrancacepas como socarrones: se desprendían en parabienes y buenas palabras, pero hacían honor a ese carácter huraño y orgulloso del alcarreño, que mal tolera que los demás metan sus narices en la pequeña hacienda propia, conseguida con tanto sudor. Ya se sabe del alcarreño, no se envidia lo ajeno, sencillamente se sobrevalora lo propio, en la seguridad de la certeza del viejo dicho castellano de que "naide es más que naide".

Aplicando estos principios en 1659, dieron cuenta en su respuesta al marqués del carácter alcarreño con una lapidaria frase:

Vuestra merced recibirá el corazón y no el don.

Holgariamonos infinito halle a vuestra excelencia con muy entera salud como los de este ayuntamiento, deseamos se la dé Dios a vuestra merced las elecciones de justicia para este años de 59, y con ellos una mísera que son cuatro pares de perdices y uno de capones, quisiéramos que fueran millar. En fin, recibirá vuestra merced el corazón y no el don, que la pobreza de la villa y falta de frutos nos hace ser cortos por las desgracias que le han sucedido (13 de enero de 1659)



ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL. NOBLEZA. FERNÁN NÚÑEZ. Leg. 994-1, nº 309

Arrancacepas: la epidemia de tabardillo y garrotillo de 1661

Goya: garrotillo

Era agosto de 1661 y la pequeña población de Arrancacepas sufrió una epidemia que causó numerosas muertes, mermando su población a la mitad. Tabardillo o garrotillo la definieron los contemporáneos. El tabardillo era una forma de tifus, el exantemático, aunque el significado de la palabra, en la tradición popular, ha quedado como gran disgusto o desazón que sufre una persona. El garrotillo, que asoló España en 16163, llamado así por la cara de los que padecían la enfermedad, similar a los que padecían garrote, se correspondía para los coetáneos con "toda angina sofocante o esquinancia".

Arrancacepas se tenía por una de las principales villas de las siete que había recibido el marqués de Mortara y Olías el 15 de diciembre de 1653, con fama de sediciosa. Es probable que las cifras dadas estén abultadas para intentar convencer al marqués de lo infructuoso de pedir tributos a una villa deshauciada. Aunque a su señoría, el marqués de Mortara, ya le llegaban noticias de su gobernador que estas villas le daban pollos y perdices cuando la verdadera riqueza que atesoraban era el azafrán.

En cualquier caso, el desastre demográfico debió ser brutal esos años de 1661 y 1662. Arrancacepas que tenía 109 vecinos o casas familiares en 1591, aún mantenía su población según el poco fiable censo de 1646: para entonces la población era de 100 vecinos o casas familiares. Es decir, cuando el resto del Reino daba muestras de debilidad demográfica, el pequeño lugar de Arrancacepas se movía entre los 350 y los 400 habitantes. En 1752, Arrancacepas apenas si llegaba a 70 vecinos, es decir, no llegaría a los dos centenares y medio de habitantes y presentaba numerosas casas abandonadas.



Don Francisco de la Hoz.  Muchas y muy Santas Pascuas de los Reyes vea vuestra señoría con mucha salud y contento como los de este ayuntamiento deseamos se la dé Dios a vuestra señoría por muchos años, aunque nosotros han faltado del ayuntamiento algunos y los que han sido los de más años son muertos y han quedado muy pocos vecinos del mes de agosto a esta parte se ha muerto la mitad de la vecindad con una epidemia de garrotillo y tabardillo que hoy está corriente. Las elecciones de justicia remitimos a vuestra señoría para este año de 1662, vuestra señoría los despache a su voluntad . A vuestra señoría remitimos cuatro pares de perdices, quisiéramos fueran cuatro pares de docenas. Vuestra señoría recibirá la buena voluntad, cuya vida guarde Dios muchos y felices años con los aumentos que vuestra señoría merece. De esta villa de Arrancacepas, y enero 1 de 1662 años. q. s. m. s. b .n. (Domingo Madrid) (Juan López) (Mateo Saiz)
ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL. NOBLEZA. FERNÁN NÚÑEZ. Leg. 994-1, nº 304

Cruz de Arrancacepas del siglo XIII

Cruz de Arrancacepas, siglo XIII, en Iglesia parroquial de Sal Gil Abad